La
educación en el período de Manuel Ávila Camacho (1940-1946)
La
reforma que en 1934 daría a la educación pública en México el carácter de
“socialista”, provocó un ambiente de tensión y discordia entre los diferentes
sectores de la sociedad mexicana. El calificativo preocupó a todos aquellos que
veían en el socialismo una amenaza a sus intereses. Los grupos más
conservadores y reaccionarios de México habrían de intentar en diversas
ocasiones que el Artículo Tercero se volviera a reformar, atribuyéndole un
carácter más menos radical y más “democrático”.
Esto,
aunado a los conflictos internos de la Secretaría y los diferentes organismos
sindicales que representaban el magisterio, provocó que a partir de 1940 el
discurso político, en lo tocante a la educación, se encaminara a crear una
atmósfera menos radicalizada y a preparar el camino para una futura reforma al
Artículo Tercer que terminara con el carácter “socialista” que se le quizo
atribuir a la educación durante la presidencia de Lázaro Cárdenas.
Cabe
mencionar, que la Segunda Guerra Mundial fortaleció la “doctrina de la unidad
nacional”, y ante el miedo de intervenciones que provocaran otra guerra, el
ambiente que se vivió durante los siguientes años se caracterizó por un deseo
de lograr y afianzar la paz mundial y el deseo ferviente de progreso inhundó a
todas la naciones.
Para
cuando Manuel Ávila Camacho tomó posesión de la Presidencia de México, la SEP
vivía un momento de crisis, ya que el proyecto socialista de la educación no
había rendido los frutos que se desearon y se enfrentaba a la contradicción de
desarrollarse en un país con un modelo económico de capitalismo dependiente.
Así
pues, puede decirse que el periodo avila camachista es la etapa de transición
de la “escuela socialista” a la “escuela de la unidad nacional”, que tenía como
principios: paz, democracia y justicia. Y como toda etapa de transición supone
cierto desequilibrio, la Secretaría de Educación Pública habría de sentir
el desvalance que representaba el intento de conciliar las fuerzas en disputa.
Prueba de ello nos lo da el clima conflictivo que imperó en la educación
durante el sexesnio de Ávila Camacho, el cual se tradujo en el cambio de los
primeros secretarios de educación: Luis Sáchez Pontón (diciembre de 1940 a
septiembre de 1941), Octavio Véjar Vázquez (1941-43), y Jaime Torres Bodet
(1943-46).
Luis
Sánchez Pontón tomó posesión de su cargo el 1o diciembre de 1940. Su
designación como Secretario de Educación Pública se debió a la presión de los
grupos y organismos de la izquierda más radical que seguían apoyando el
proyecto de la educación socialista. Junto con Alberto Bremauntuz y Ernesto
Arreguín, formó parte del Comité en Pro de la Educación Socialista.
Sánchez
Ponsón sostuvo firmemente los postulados del Artículo Tercero. Durante su
gestión en la Secretaría, la política educativa giró en torno a tres principios
fundamentales: 1) incrementar los medios para liquidar el analfabetismo; 2)
crear el tipo de hombre, de trabajador y de técnico que exigía el desarrollo
económico; y 3) elevar la cultura general en el campo de la ciencia y del arte.
Reestructuró la
SEP, quedando integrada por las siguientes dependencias:
1. Dirección General de Enseñanza Primaria en
los estados y territorios
2. Dirección General de Educación Primaria en
el Distrito Federal
3. Dirección General de Segunda Enseñanza
4. Dirección General de Enseñanza Superior e
Investigación Científica
5. Dirección General de Educación Extraescolar
y Estética.
6. Dirección General de Educación Física
7. Dirección General de Estudios
Tecno-pedagógicos
8. Dirección General de Administración
9. Departamento de Servicios Médicos e
Higiénicos
10. Oficina Jurídica y de Revalidación de
Estudios
11. Oficina de la Comisión Mexicana de
Cooperación Intelectual
12. Oficina de Prensa y Publicida
Su firme propósito de sostener los principios de
la educación socialista, además de su inclinación hacia elementos radicales que
tenían alguna influencia dentro de la SEP, no estaba acorde con la política de
rectificación que venía imponiendo el régimen, lo cual provocó que Ávila
Camacho decidiera relevarlo de su cargo en septiembre de 1941. A esto hay que
agregar la ineficiencia que mostró para conciliar y solucionar las luchas
internas de los maestros.[1]
Octavio Véjar Vázquez
El nuevo secretario tomó posesión el 12 de septiembre de
1941 y se propuso: 1) atemperar ideológicamente los planes de estudio, 2)
combatir a los elementos radicales y comunistas en el ambiente de la educación,
3) buscar la unificación del magisterio, e
4) incorporar de manera más activa la acción de la iniciativa privada en la
enseñanza. Para dar solución a este último punto creó la Comisión de la
Iniciativa Privada.
Impulsó la segunda reglamentación del Artículo Tercero en
1941 (Segunda Ley Orgánica del Artículo Tercero socialista) con la cual se
pretendía: apertura para la iniciativa privada en el rubro educativo y la
definición clara de la ideología que habría de regir a la educación pública en
México.[2] El gobierno decidió reemplazar la Ley Orgánica, aprobada
apenas en diciembre de 1939, y presentó en septiembre de 1941 el proycto de una
segunda Ley Orgánica para reglamentar el Artículo Tercero. Quedó pues la Ley
Reglamentaria, la cual quedó aprobada el 31 de diciembre de 1941, publicándose
en el Diario Oficial el 23 de enero de 1942. Cabe mencionar que en dicha Ley
seguía considerando que “la educación que imparta el Estado en cualquiera de
sus grados y tipos, sujetándose a las normas de la Constitución, será socialista”, entendiendo por
“socialista” únicamente lo que tenga un carácter colectivo por encima de lo meramente
individual.
Véjar Vázquez cambió los ideales de la educación
socialista por otros “democráticos y patrióticos”. Le dio a la Escuela de la
Unidad Nacional el membrete de ESCUELA DEL AMOR. Sostenía que la democracia y
el sectarismo eran incompatibles, por eso “una escuela ajena a toda influencia
extraña, una escuela de amor que fomentara la unidad nacional, formase la
nacionalidad y rechazara cualquier ideología”, sería la idónea para inyectar la
paz y el equilibrio que el país necesitaba para su desarrollo y progreso.
Su filiación con el sector militar del gobierno
avilacamchista, y su interés por “moralizar” la Secretaría, lo llevó a iniciar
una campaña de persecución en contra de los sectores radicales del magisterio.
Pasando por alto el Estatuto Jurídico, cesó maestros argumentando que no tenían
títulos profesionales, aunque sí un curriculum de varios años de servicio, que
se inció con los orígenes de la Escuela Rural. Estos acontecimientos le
provocaron serios conflictos con las principales agrupaciones que se disputaron
la hegemonía del magisterio, tales como: el STERM, apoyado por la Confederación
de Trabajadores de México (CTM); el
SNATE, órgano en que se apoyó
Véjar Vázquez cuando llegó a la SEP; FRMM, apoyado por la Confederación
Nacional de Campesinos (CNC); el Sindicato Mexicano de Maestros y ´Trabajadores
de la Enseñanza (SMMTE), surgido por iniciativa de Véjar, y el Sindicato Unico
Nacional de Trabajadores d ella Enseñanza (SUNTE), de filiafción comunista.
A pesar de todo esto, su gestión en la
Secretaría de Educación Pública dejó frutos. Octavio Véjar Vázquez: transformó
el Instituto de Preparación del Magisterio de Segunda Enseñanza en la Escuela
Normal Superior, en la ciudad de México; creó las escuelas prácticas de
agricultura; amplió las funciones de la Dirección General de Enseñanza Priamria
en los Estados y Territorios; expidió nuevos programas, con vigencia para todas
las escuelas primarias de la República; instituyó la Dirección General de
Profesiones; estableció el Observatorio Astrofísico de Tonanzintla, Puebla;
creó el Seminario de Cultura Mexicana; fundó el Colegio Nacional; estableció la
Comisión Impulsora y Coordinación de la Investigación Científica; creó el
Premio Nacional de Literatura; y fundó la Escuela Normal de
Especialización en 1943.
Jaime Torres Bodet
Tomó posesión del cargo el 24 de diciembre de 1943. Jaime Torres
Bodet representa el triunfo en varios de los objetivos que se propuso el
gobierno de Manuel Ávila Camacho en materia de educación.
Una de estas victorias lo constituye la unificación del
magisterio, que tantos conflictos causó a los secretarios anteriores.De acuerdo
con el llamado presidencial se realizó el Congreso de Unificación Magisterial,
inaugurado el 24 de diciembre de 1943 en el Palacio de Bellas Artes. El
Congreso fue presidido por Luis Alvarez Barret y al terminar el 30 de diciembre
de 1943, surgió el SNTE, siendo su primer secretario general, el profesor Luiz
Sánchez Orozco. El 15 de marzo de 1944, un decreto presidencial reconoció al
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación como el único organismo
representativo de todo el magisterio nacional.
Ya unificado el magisterio, lo que faltaba era dotarlo de
una buena preparación. Para ello, por Ley del 30 de diciembre de 1944, se fundó
el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio (IFCM), inaugurado el 19 de
marzo de 1945, con el propósito de brindar capacitación a maestros en servicio
que ejercían sin estudios profesionales sitemáticos. Esta institución organizó
cursos por correspondencia, al
mismo tiempo que complementaba dichos estudios con cursos intensivos dentro de
los meses de vacaciones.
Por otra parte, uno de los problemas serios de que
padecía la educación pública en México lo constituían los programas educativos.
El régimen necesitaba una escuela que legitimara sus objetivos políticos y
económicos, y ésto se tendría que ver traducido en una educación que reflejara
el ansia de la tan anhelada “unidad nacional”. Para ello, Torres Bodet creó la
Comisión Revisora y Cordinadora de los
Planes Educativos y Textos Escolares. En la instalación de la Comisión, el 3 de
febrero de 1944, además de trazar los lineamientos de los planes, contenidos y
métodos, Torres Bodet indicó: “la primera norma que las naciones señalarán a la
educación sera la de ser de ella una doctrina constante de paz, la segunda
norma será una educación para la
democracia y la tercera será una educación que habría de ser una preparación
para la justicia”.Estos principios habrían de regir a la educación pública
durante los siguientes sexenios.
En lo tocante al problema del analfabetismo, Torres Bodet
inició una Campaña Nacional que se propuso terminar con dicho problema. Según
el censo de 1940, el país contaba con 47.88% de analfabetos absolutos, y ante
el problema de la sengudna Guerra Mundial, el Ejecutivo expidió una Ley de
Emergencia para iniciar la Campaña Nacional contra el Analfabetismo el 21 de
agosto de 1944. De acuerdo a esta Ley, todos los mexicanos residentes en el
territorio nacional, sin distinción de sexo u ocupación, mayores de 18 años y
menores de 60 años que supieran leer y escribir y no estuvieran incapacitados,
tenían la obligación de enseñar a leer y a escribir cuando menos a otro
habitante de la República, entre los 6 y los 40 años, que no supiera hacerlo. La
campaña comprendió tres etapas: la primera, de organización, entre el 21 de
agosto de 1944 y el último de febrero de 1945; la segunda, de enseñanza, del 1o
de marzo de 1945 al último de febrero de 1946, y la tercera, de revisión y
exposición de resultados, del 1o de marzo al 31 de mayo de 1946.
Pero sabiendo que el analfabetismo funcional acosaba a
las mexicanos, creó la Biblioteca Enciclopédica Popular. A través de la
publicación de las grandes obras en ediciones económicas, se pretendía que los
mexicanos se acercaran a los clásicos de las diferentes ramas de la ciencia. El
objetivo final era hacer que la la mayoría del pueblo mexicano tuviera acceso a
la “cultura”.
En el aspecto cuantitativo, Torres Bodet inició la época
de las grandes y “cuantiosas” construcciones de escuelas. A partir de éste
momento, y sobre todo en el periodo de Miguel Alemán, se dará mucho énfasis en
las instalaciones educativas, tanto en la construcción de nuevos edificios como
en la reparación de los ya existentes. Para ésto, el gobierno creó, por ley del
23 de marzo de 1944, un Comité Administrador que habría de encargarse de
elaborar el Programa de Construcción de Escuelas. El plan comprendió la
construcción de 796 edificios. De los primeros 352 se destinaro 3 para jardínes
de niños, 342 para escuelas primarias, 3 para secundarias y 4 para diversas
actividades. En 1946, se construyeron otros 236, distribuídos así: 216
primarias, 6 secundairas, 13 para actividades diversas y uno para un internado.
Con todos ellos fue posible dar servicioa a 200 683 alumnos.
Es importante mencionar que la formación humanista del
secretario de educación, ya que Jaime Torres Bodet era literato, influyó mucho
en labor cualitativa dentro de la SEP. Prueba de ello lo fue la realización del
Primer Congreso de Educación Normal, que se llevó a cabo en la ciudad de
Saltillo, Coahuila a partir del 23 de abril de 1944. Entre las conclusiones del
congreso se encuentran las siguientes: “la Escuela Normal Rural será:
socialista, coeductavia, integral, de carácter específico y regional, y
agropecuario. La Escual Normal Rural desarrollará una acción social a favor de
las masas campesinas. La Eduación Normal Urbana Primaria pugnará por: lograr la
unidad nacional, afirmar la democracia junto con los ideales de cooperación,
solidaridad, justicia y amor por la humanidad”.
El 11 de mayo de 1944 se inició un ciclo de conferencias
sobre la enseñanza de la historia de México. Las resolciones más importantes
fueron: “La enseñanza de la historia de México debe tener dos fines fundamentales:
la verdad en mateira histórica y la creación de un sentimiento de solidadridad
nacional, como factor fundamental para la integración de la patria”.
Y para finalizar con broche de oro la gestión de Torres
Bodet en la Secretaría de Educación, se inició en 1945 el proceso de reforma al
Artículo Tercero constitucional, que habría de terminar definitivamente con la
“escuela socialista” de Lázaro Cárdenas. Con base en la “política de la Unidad
Nacional” y las orientaciones de una educación integral para la paz, la
democracia y la justicia, la lucha contra la ignorancia y a favor del
nacionalismo y la solidaridad internacional (principios aprobados en la
Conferencia Educativa, Científica y Cultural del 16 de noviembre de 1945,
celebrada en Londres, donde surgió la UNESCO), se procedió a preparar la reforma del
Artículo Tercero constitucional de 1934. Para justificar toda la problemática
que envolvía esa reforma, el SNTE organizó las Conferencias Económica,
Pedagógica y Política, del 23 de noviembre al 3 de diciembre de 1945. El
Ejecutivo de la Unión envió su proyecto de reforma al Artículo Tercero. Sin
demora el Poder Legislativo Federal lo aprobó, y el 1o. de enero de 1946 la
prensa dió la información oficial. En el transcurso de ese mismo año las legislaturas
de los Estados dieron su aprobación. El 15 de octubre se declaró reformado el
Artículo 3o constitucional y se publicó en el Diario Oficial de 30 de diciembre de 1946.
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