miércoles, 9 de abril de 2014
PERIODO DE VICENTE FOX QUESADA 2000-2006
Política Educativa: VICENTE FOX
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“La política educativa surge como un aspecto de la política general que realiza el Estado
en una época y en un lugar determinados. Hablar de política educativa es referirse a la
intervención del Estado en la educación. El campo de la política educativa es muy amplio y
complejo, comprende no sólo la acción educadora sistemática que el Estado lleva a cabo a
través de las instituciones docentes, sino también toda la acción que realice para asegurar,
orientar o modificar la vida cultural de una nación.
La educación se encuentra en relación indisoluble con la vida de la sociedad. Con la vida
del Estado, del poder Público, la educación tiene peculiares relaciones. Pero el Estado,
sobre todo el moderno trata de orientar dirigir la educación, mediante cierta legislación
educativa, tenida siempre de los idearios políticos de la época”. La política educativa es
este conjunto de preceptos obligatorios por obra de los cuales se establece una base
jurídica, para llevar a cabo las tareas de la educación”.
Educación Básica.
“Constituye la base de todo sistema educativo y consiste en la enseñanza de los contenidos
mínimos que se consideran fundamentales para la educación de una persona:
conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y valores indispensables para
desempeñarse en la sociedad a que se pertenece. En cada país la duración es distinta, pero
tiene un mínimo de seis años, que corresponde generalmente a la educación primaria”.3
Una visión más especifica sobre la situación de la educación en nuestro país, es
la siguiente:
4
“... En México, la acción educativa es considerada decisiva para el futuro de la nación:
tiene como objeto el fortalecimiento de la soberanía y la presencia de nuestro país en el
mundo, una economía creciente y estable; una organización social fundada en la
democracia, la libertad y la justicia. El sistema educativo establece una relación entre
Estado y sociedad, de los niveles de gobierno entre sí, y supone una participación más
intensa de la sociedad en el campo de la educación.
...
En el derecho mexicano, la C. En el a. 3º. establece que todo individuo tienen derecho a
recibir educación. La educación es una garantía individual de todo individuo. El Estado
(Federal, estados y municipios) tienen la obligación de impartir la educación preescolar,
primaria y secundaria. La educación primaria y secundaria son obligatorias. La educación
que imparte el Estado tiende a alcanzar el desarrollo armónico de las facultades del ser
humano y fomentar en él el amor a la patria y la conciencia de la solidaridad internacional,
en la independencia y la justicia. Con base en el a. 24 de la norma suprema, que garantiza
la libertad de creencias, la educación que imparte el Estado es laica, ajena a cualquier
doctrina religiosa. El criterio que orienta la educación se fundará en “los resultados del
progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los
fanatismos y los prejuicios”. Es democrática, “considerando a la democracia no sólo como
una estructura política y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el
constante mejoramiento económico, social y cultual del pueblo”. Es nacional, se tienta a la
comprensión de los problemas de la nación, aprovechamiento de los recursos, defensa de
la independencia económica, y acrecenta la continuación de la cultura. ...”.
PERÍODO DE ERNESTO ZEDILLO 1994-200
ERNESTO ZEDILLO
El gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000) continuó con la política modernizadora de su antecesor. En este periodo el proceso de federalización, además de consolidarse en el nivel básico, se extendió hacia los demás niveles, lo que permitió avanzar hacia la coordinación integral de sistemas educativos por parte de los gobiernos estatales. Destacan, durante la Administración, el avance y la consolidación de los procesos de federalización educativa del Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE) y del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP).
La ampliación de la cobertura de los servicios educativos con criterios de equidad fue uno de los rasgos más destacados de la política educativa zedillista. Dentro de las estrategias específicas para lograr una mayor equidad destacan las becas a la asistencia escolar por medio del Programa de Educación, Salud y Alimentación (PROGRESA), programa que también contribuyó a la construcción y el equipamiento de nuevos espacios educativos y a la entrega de libros de texto gratuitos. Otros de los programas compensatorios que se implementaron en las áreas rurales para asegurar los servicios educativos en las localidades marginadas fueron los siguientes: Programa de Apoyo a Escuelas en Desventaja (PAED), Programa para Abatir el Rezago Educativo (PARE), Programa para Abatir el Rezago en Educación Básica (PAREB), Programa de Educación Inicial (PRODEI), Programa Integral para Abatir el Rezago Educativo (PIARE), y Programa para Abatir el Rezago en Educación Inicial y Básica (PAREIB).
De la misma forma, en este periodo se implementaron algunos programas dirigidos a impulsar la actividad docente, por ejemplo el Programa Nacional para la Actualización Permanente de los Maestros de Educación Básica en Servicio (PRONAP), que fue creado en 1995, y el Programa para la Transformación y el Fortalecimiento Académico de las Escuelas Normales, creado en 1997, a fin de impulsar la modernización de la formación inicial de los profesores de educación básica. Otro de los programas de apoyo al docente que tuvo un notable impulso fue el Programa Nacional de Carrera Magisterial, que estableció un sistema de estímulos económicos independiente de los que se otorgan por antigüedad o por cambio de función administrativa de promoción horizontal, en el que los docentes participaban en forma individual y voluntaria. El propósito del programa era fomentar la profesionalización y actualización de los maestros, así como el aprovechamiento escolar de sus alumnos.
Conjuntamente, se promovieron importantes avances en la tarea de elevar la calidad de la educación básica, mediante la consolidación del Sistema Nacional de Evaluación Educativa y la formulación del Programa de Instalación y Fortalecimiento de las Áreas Estatales de Evaluación en 1996. Con ambas iniciativas se impulsó la formación de profesionales técnicos locales expertos en evaluación, y se obtuvo información periódica sobre los niveles de avance educativo y sus factores asociados. Destacan la primera aplicación de las pruebas de estándares nacionales de comprensión lectora y matemática en secundaria, y el seguimiento del estudio Evaluación de la Educación Primaria, cuya información ha sido utilizada para construir una serie histórica de los niveles de avance en este nivel educativo.
Durante el periodo zedillista también se diseñó e implemento el programa “La Gestión en la Escuela Primaria”, que inició con carácter experimental en 1997 en 183 planteles escolares de cinco entidades federativas. El objetivo del proyecto era generar estrategias y materiales que permitieran avanzar hacia la transformación de cada escuela en una organización articulada internamente, en la cual directivos, supervisores, maestros, estudiantes y padres de familia trabajaran en favor del mejoramiento de la calidad de la educación en cada plantel. Por último y con el propósito de impulsar el intercambio de información y el uso de nuevos canales de comunicación, tales como el internet, se puso en marcha en 1997 el proyecto de la “Red Escolar” en 144 escuelas primarias, secundarias y normales. Los recursos empleados para el funcionamiento del proyecto fueron la “Red Edusat”, software educativo y 150 videos digitalizados.
Como se ha analizado en este apartado, a lo largo de la historia del sistema educativo mexicano se han presentado notables cambios en las doctrinas ideológicas que le han dado forma. Asimismo, la revisión histórica nos permite observar una evolución del sistema educativo que ha ampliado su cobertura; pese a las condiciones adversas que muchas veces tuvo que enfrentar, éste ha tenido una gran capacidad incorporadora. La cobertura del sistema educativo en México tiende al crecimiento permanente y a la diversificación de los servicios que ofrece.
Por otra parte, en el periodo examinado pudimos constatar que la legislación mexicana ha tenido un carácter progresista, ya que ha proclamado el derecho a la educación para todo ciudadano y la ha considerado un factor de igualación y desarrollo social. Cada vez más mexicanos han gozado de una educación obligatoria que se ha ampliado en su tramo. Más aún, pese a los efectos del desarrollo social sobre la distribución de los conocimientos, el sistema educativo mexicano no ha tenido la capacidad de neutralizar los efectos de la pobreza sobre la adquisición del aprendizaje.
Así lo demuestra la preocupación de las autoridades educativas mexicanas por ofrecer educación básica a las poblaciones excluidas, en especial en las zonas rurales. Esta iniciativa ha sido una constante durante todo el período analizado pero se acentúa en el último tercio del siglo XX, cuando se instalaron en la agenda de la política educativa los temas de la desigualdad en la distribución de los recursos educativos. La voluntad de universalizar la educación básica se expresó en la creación y desarrollo de instituciones específicas como el CONAFE o programas como PROGRESA, que han constituido un esfuerzo significativo para alcanzar a los sectores de la población más pobres y excluidos.
No obstante, para garantizar los servicios educativos al conjunto de la sociedad no basta con mejorar la cantidad y calidad de los servicios escolares (infraestructura física, capacitación docente, métodos y contenidos, etc.) sino que es preciso actuar en forma articulada diseñando programas basados en diagnósticos que cuantifiquen pertinentemente los rezagos educativos y permitan establecer metas, orientar recursos y definir estrategias de intervención específicas. El establecimiento del Sistema Nacional de Evaluación Educativa es un avance en este sentido, sin embargo, su reciente creación aún no permite obtener los insumos para evaluar si se requiere una redefinición de objetivos y metas, en la medida en que no existe información relevante para calcular los logros alcanzados y las necesidades insatisfechas.
PERÍODO DE CARLOS SALINAS DE GORTARI 1988-1994
En los siguientes años de la administración de Carlos Salinas de Gortari se emprenderían un conjunto de acciones que tenían como común denominador la reorganización del sistema educativo: la obligatoriedad de la escolaridad secundaria para todos los mexicanos y su correspondiente cambio en el artículo tercero constitucional; la promulgación de laLey General de Educación de 1993; la búsqueda de la calidad y la equidad educativas con la misma o mayor prioridad que la cobertura educativa; el énfasis en el aprendizaje de competencias científicas, tecnológicas y laborales; el fomento de la participación de los empresarios en la gestión escolar y una mayor vinculación con el sector laboral.[16
PERÍODO DE MIGUEL DE LA MADRID HURTADO 1982-1988
De acuerdo con Jaime Castrejón, Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) no presentó un plan aislado de educación, como había sucedido en los dos gobiernos anteriores, sino que la nueva administración que tomó posesión en 1982 elaboró un Plan Nacional de Desarrollo en el que la “revolución educativa” estuvo inscrita como uno de sus principales elementos. No obstante, este autor señala que el gobierno de Miguel de la Madrid tuvo que enfrentar una fuerte crisis económica que lo orilló a reducir el gasto destinado al sector educativo. La crisis también afectó la demanda de escolaridad en la población de menores ingresos y acrecentó sus niveles de reprobación escolar. En esas condiciones, el sistema educativo mexicano interrumpió las tendencias expansivas que lo habían caracterizado en décadas anteriores.[13]
En 1983 Miguel de la Madrid presenta el “Programa Nacional de Educación, Recreación, Cultura y Deporte” que destacaba entre sus principales objetivos y políticas estratégicas para mejorar la educación: ofrecer un año de educación preescolar a todos los niños de cinco años de edad, descentralizar la educación y reformar los estudios de educación normal. Asimismo, este programa introdujo el concepto de calidad como un elemento central para consolidar la política educativa. Este nuevo énfasis marcó la diferencia con los gobiernos anteriores que se habían preocupado exclusivamente por incrementar la capacidad física del sistema educativo, dejando de lado la calidad de los servicios educativos.
Uno de los objetivos más importantes del programa se dirigía a descentralizar la educación básica y normal y a desconcentrar la educación superior. La propuesta de descentralización tenía como antecedentes las medidas de desconcentración administrativa desarrolladas en la administración anterior, las cuales habían permitido mayor coordinación entre los gobiernos locales y el gobierno federal. De esta forma se establecieron acuerdos de coordinación entre ambos órdenes de gobierno que implicaron la creación de consejos estatales de educación con representación de las autoridades federales, estatales y del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). De la misma forma, la estrategia de descentralización admitió el establecimiento de direcciones generales de servicios coordinados en cada entidad y otros órganos de coordinación. El objetivo de la descentralización fue transferir los servicios educativos (niveles preescolar, primaria, secundaria y normal) del gobierno federal a los gobiernos de los estados.
Para algunos autores, aunque los procesos de descentralización educativa se anunciaron desde el gobierno de Miguel de la Madrid, se formalizaron durante el periodo sexenal de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) con la firma del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica en el año de 1992.[14] A partir de ese momento, los gobiernos estatales se hicieron cargo de la dirección de los centros educativos que el gobierno federal tenía a su cargo. El gobierno federal, por su parte, continuó con el la obligación de vigilar en toda la República el cumplimiento del artículo tercero constitucional, así como de promover y programar la extensión y las modalidades del sistema educativo nacional; formular planes y programas, y concertar con las entidades federativas las acciones necesarias para abatir y superar los rezagos en la materia.
La característica central de la política educativa durante el periodo salinista fue el de la “modernización” del sistema escolar. El Programa para la Modernización Educativa 1989-94 programó de manera prioritaria la conformación de un sistema de mayor calidad, que se adaptara a los cambios económicos que requería el país en el contexto de las transformaciones mundiales marcadas por el libre mercado.[15] Para reformar el sistema educativo se modificaron los artículos tercero y 130 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, este último relacionado con la personalidad jurídica de las iglesias. Con dichas modificaciones se abrió nuevamente un espacio para la participación de la iglesia en la educación, dejando atrás todos los problemas que tuvieron conservadores y liberales en el siglo XVIII y los inconvenientes que surgieron entre la iglesia y el gobierno con la Constitución de 1917.
PERIODO DE JOSÉ LÓPEZ PORTILLO 1976-1982
JOSÉ LÓPEZ PORTILLO
En la administración de José López Portillo (1976-1982) se llevó a cabo un diagnóstico de la situación escolar en el nivel básico y se diseñó el Plan Nacional de Educación (PNE). El diagnóstico del PNE llamó la atención sobre diversos problemas de la educación preescolar: la atención a la demanda era baja, la distribución de oportunidades era desigual con una alta concentración en el medio urbano y con la atención casi exclusiva de los sectores medios y altos. Además se identificaron bajos índices de eficiencia en los primeros grados de la primaria que, se presumía, estaban asociados con la inasistencia de los niños a la educación preescolar. Por esta razón uno de los objetivos prioritarios del PNE fue la educación preescolar y la puesta en marcha del Programa “Educación para Todos”, cuya meta era atender a todos los niños con rezago educativo.
Como segunda prioridad del PNE se señalaba el objetivo de vincular la educación terminal con las necesidades de la producción para lo cual fue necesario desarrollar programas para la educación técnica superior. En este rubro destacó la creación del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP) en 1979. La tercera prioridad del PNE se refirió al impulso otorgado por el gobierno para elevar la calidad de la educación, meta que se concretó con una mejor formación para los maestros gracias a la creación en 1978 de la Universidad Pedagógica Nacional.
Otra de las prioridades del PNE era mejorar la eficiencia del servicio educativo lo que suponía avanzar en materia de organización interna de la SEP y la desconcentración de actividades mediante el establecimiento de 31 delegaciones en las entidades federativas. Asimismo, se avanzó en el diseño e instrumentación de un marco general para coordinar y planear la educación superior. En 1976 la SEP creó la Coordinación General de Educación Superior, Ciencia y Tecnología. Como complemento a esta acción, en 1978 fue promulgada la Ley Nacional de Coordinación de la Educación Superior y en 1979 se constituyó la Coordinación Nacional para la Planeación de la Educación Superior (CONPES).
En 1980, una modificación al artículo tercero constitucional incluyó el concepto de autonomía universitaria. En esa adición la autonomía fue concebida como el ejercicio de ciertas facultades que el Estado otorga a entidades públicas no centralizadas. Así, mediante un acto jurídico emanado del Poder Legislativo, se concedió el derecho a las instituciones universitarias para expedir sus propias normas y reglamentos, para realizar sus fines con respeto a la libertad de cátedra e investigación y para determinar sus planes y programas de estudio, entre otras cosas.[12]
Existen otras acciones relevantes durante el periodo sexenal de José López Portillo que transformaron el sistema educativo mexicano. En 1978 el gobierno federal puso en marcha el Programa Nacional de Educación a Grupos Marginados y en 1981 elaboró el Programa Nacional de Alfabetización y creó el Instituto Nacional de Educación para Adultos (INEA).
PERIODO DE LUIS ECHEVERRÍA ÁLVAREZ 1970-1976
LUIS ECHEVERRÍA ÁLVAREZ
La administración de Luis Echeverría (1970-1976) mostró desde un principio su interés de mejorar el sistema educativo y puso en marcha una Comisión Coordinadora de la Reforma Educativa para diversificar los servicios educativos, aumentar el número de escuelas y reformar los planes de estudio. La reforma de este periodo se reflejó en la publicación de una nueva Ley Federal de Educación en 1973 que sustituyó a la Ley Orgánica de Educación Pública de 1941. Esta nueva ley adoptó la definición de educación como institución del bien común y organizó al sistema educativo nacional para establecer nuevas bases que impulsaran los derechos que todos los habitantes del país para recibir educación con las mismas oportunidades.
De la misma forma, se promulgó la Ley Nacional de Educación para Adultos de 1976, que reguló la educación para los mayores de 15 años que no habían cursado o concluido la primaria o la secundaria. Esta educación fue concebida como educación extraescolar, basada en la enseñanza autodidacta y la solidaridad social. Durante este periodo también se crearon diversas instituciones educativas, tales como el Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE), el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), el Colegio de Bachilleres y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). Asimismo, la SEP modificó su estructura orgánica e instituyó la Subsecretaría de Planeación y Coordinación Educativa., dependencia que inició la desconcentración técnico-administrativa con la creación de 39 unidades de servicios descentralizados en las nueve regiones en las que fue dividido el país. [11]
PERIODO DE GUSTAVO DÍAZ ORDAZ 1964-1970
LIC. GUSTAVO DÍAZ ORDAZ (1964-1970)
Abogado de profesión.
Es recordado por los intelectuales de izquierda como un presidente represivo,
por el movimiento estudiantil del 68. Para otros fue un gran presidente, pues
salvo al país de caer en el caos. Con su gestión termina el período de crecimiento
sin inflación, que permitió elevar el nivel de vida de los trabajadores. Ahora
bien los puntos más sobresalientes durante este período son los siguientes:a) Gustavo Díaz Ordaz, continúa con la política de baja inflación y alto crecimiento denominada " desarrollo estabilizador".
b) Destaca y sobresale la labor de Don Antonio Ortíz Mena, quien funge como Secretario de Hacienda desde el período de López Mateos. Ortíz Mena es considerado el autor intelectual de uno de los períodos con mayor crecimiento sin inflación del México posrevolucionario.
c) Se crean nuevas empresas y organismos estatales, tales como: Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), entre otros. Se reparten 24 millones de hectáreas, más que con Cárdenas.
d) En el aspecto político, el gobierno de Díaz Ordaz, gana fama de autoritario. Rechaza la propuesta de Carlos A. Madrazo para democratizar al PRI.
e) En 1968, meses antes de inaugurase los Juegos Olímpicos, se inicia un importante conflicto estudiantil que no logra abarcar al sector obrero. Este conflicto fue denominado como el movimiento estudiantil del 68. Existen varias versiones sobre las causas y alcances de este movimiento de lo que podemos deducir lo siguiente: El movimiento del 68 no fue espontáneo. Desde sus inicios llevaba como finalidad desestabilizar al gobierno de Díaz Ordaz, quién se caracterizó por tratar de independizarse de la tutela norteamericana y, a la vez, no comprometerse con el bloque soviético. Las tácticas usadas por los organizadores de las protestas fueron las mismas que las instrumentadas en Francia unos meses antes. La mayoría de los líderes del movimiento eran comunistas y socialistas, aunque se dice que fueron financiados por la CIA. Los estudiantes fueron utilizados como carne de cañón. (unos idas antes del 2 de octubre se rumoraba que habría enfrentamientos en el mitin de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco) . El gobierno sabía que iba haber algo y mandó al ejército para evitarlo. Casi al terminar el mitin, desde los edificios, francotiradores, algunos de ellos con metralletas de tripié, abrieron fuego contra estudiantes y ejército. El general Hernández Toledo, quien comandaba a los soldados, fue un de los primeros en caer herido. Los responsables de las víctimas de Tlatelolco fueron, los partidos opuestos al poder, como un intento de buscar espacio político y hacer un cambio de apertura democrática.
f) En 1970, Luis Echeverría , quién fungía como Secretario de Gobernación, es elegido presidente de México.
PERIODO DE ADOLFO LÓPEZ MATEOS 1958-1964
Obra educativa.
Durante el gobierno del Lic. Adolfo
López Mateos buscó mejorar la organización y funcionamiento del sistema
Educativo Nacional. También impulsó el rendimiento de las escuelas normales.
Impulsó la educación pública y
estableció el libro de texto gratuito en las escuelas primarias y se mejoró la
alimentación infantil y se establecieron los desayunos para los educandos.
Fue su Secretario de Educación
Pública el Dr. Jaime Torres Bodet; quien buscó eliminar el enciclopedismo de
las escuelas.
Reestructuró la SEP, al crear tres subsecretarias:
Subsecretaría General y de Coordinación Administrativa, la Subsecretaría de
Enseñanza Técnica y la Subsecretaría de de Asuntos Culturales.
Se preocupó por la formación de los
profesores, la formación técnica, elemental y profesional y la formación
agrícola elemental de los campesinos.
Bodet consideró que la educación
técnica debería estar en contacto con las industrias, sindicaros y personal
directivo del IPN, así como de los Institutos tecnológicos y Escuelas Técnicas.
El 12 de febrero de 1959 se creó la
Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos.
Se dio a conocer el Reglamento de la
Ley Orgánica del IPN.
Se mandaron a construir más
escuelas para atender la demanda educativa de ese momento.
Se creó, en diciembre de1958, una
Comisión para formular un Plan destinada a resolver el problema de la educación
primaria; comisión que estuvo conformada por el secretario de la SEP, delegados
de la SEP, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y de Gobernación,
representantes del poder legislativo federal, asesores del Banco de México, del
SNTE y de la Secretaría de Industria y Comercio.
Dicha Comisión se enfocó en combatir
el problema de la gran cantidad de niños en edad escolar que no recibían una
educación por falta de escuelas; para lo cual la Comisión entregó al secretario
Bidet: “Plan para el Mejoramiento y la Expansión de la Educación Primaria en México”,
del cual surgió el Plan de Once Años, ya que sería en ese tiempo en que se
cumpliría lo propuesto en el Plan para el Mejoramiento; realizándose las
siguientes acciones: formación de profesores, creación de plazas para
profesores, reformas a los planes y programas de estudio, construcción de
aulas, impresión de libros de textos, entre otras.
Los nuevos programas de educación
preescolar consideraban el desarrollo biopsíquico, intereses y necesidades de
los alumnos.
En educación primaria se relacionaron
los aprendizajes con las necesidades del niño, sus experiencias y su vida
cotidiana.
En cuanto a la educación de la
segunda enseñanza se redujo la carga académica, la educación artística, física,
tecnológica y cívica serían flexibles para que se adaptaran a las necesidades
de cada región.
Y en lo que concierne a la educación
normal se restauraron las normales rurales, la ENSM sufrió reformas académicas
con el plan de estudios “59”, con lo que se incrementa las horas de formación
didáctica de 3 a 6, se establecieron cursos de conocimiento y educación de los
adolescentes, se estableció la asignatura de Política Educativa de México. Las
especialidades de Historia de México e Historia Universal se fusionaron, se
creó la especialidad de Educación Cívica y Social, la de Pedagogía y la de
Psicología Educativa, así como la de Orientación Educativa y Vocacional, de
Dibujo Técnico y Actividades Tecnológicas. Además se estableció que los alumnos
que no tenían ningún antecedente pedagógico deberían de cursar un año de nivelación
pedagógica. Estableciendo cursos de mejoramiento profesional y capacitación
pedagógica para los profesores de taller.
En noviembre de 1964 se creó el
Centro Nacional de Enseñanza Técnica Industrial (CENETI) para preparar a
maestros de enseñanza técnica media especializada, ofrecer cursos de
capacitación de mano de obra y formación de instructores de taller.
PERIODO DE MIGUEL ALEMÁN VALDÉS 1946-1952
La educación en el
periodo de Miguel Alemán Valdés (1946-1952).
Miguel Alemán inicia su periodo presidencial el 1o. de diciembre
de 1946, correspondiéndole el estreno del recién reformado Artículo Tercero,
que hasta la fecha sigue vigente. La idea democrática que preside los conceptos
del Artículo Tercero constitucional corresponde a los principios modernos de
una democracia social, que actúa en forma activa para el mejoramiento
aconómico, social y cultural del pueblo, al mismo tiempo que conserva su
sentido anticlerical.
Alemán afirmó su confianza en la esencia democrática de
las instituciones públicas; hizo énfasis en la igualdad, entendida no sólo como el goce
efectivo de los derechos y garantías individuales, sino como la consecución de
una “igualdad ciudadana”, que consistía en que todos los habitantes de la
República pudieran participar de los beneficios que se podían obtener en la
ciudad.
Para ello, su programa sexenal hizo inciapié en dos
puntos: la modernización del campo y la industrialización del país. Según
Alemán, la gran masa campesina de México debería recibir ayuda directa por
medio de un vasto programa de obras de riego, que elevaría la producción
agrícola, así como a través de un sistema de crédito bien organizado, apoyado
en los bancos de Crédito Agrícola y Crédito Ejidal. Pero en sí, el énfasis
mayor fue puesto en la industrialización del país, meta que requería una amplia
enseñanza tecnológica, una prudente protección arancelaria, un sistema de
crédito de mayor volumen y la creación de una infraestructura que sería la base
del desarrollo de la nación.
En el campo de la educación, la política se guió por el
mismo objetivo que en periodo avilacamachista: la creación de una escuela que
legitimara el régimen, al mismo tiempo que procurara al país la mano de obra
necesaria para la industrialización. En el periodo alemanista Manuel Gual se
hizo cargo de la Secretaría de Educación Pública, y junto con Francisco
Larroyo, dotó a la institución de una fuerta carga filosófica.
El ideario educativo de Miguel Alemán se apoyó en ocho
puntos, según un libro editado por la SEP en 1947:
1. La
escuela rural tendría tres objetivos: una instrucción eficaz para el campesino,
el mejoramiento en las condiciones económicas e higiénicas del campesino y la
creación de un espíritu cívico que hiciera sentir a cada niño campesino que es
parte integrante de la Nación.
2. La
continuación de la campaña de alfabetización.
3. Construcción de
escuelas.
4. Capacitación del
magisterio
5. Los libros.
6. La
enseñanza técnica, ya que formaba parte del programa de industrialización del
país. Dentro de este proyecto, se pretendía recurrir a la cooperación privada,
gracias a la cual se logró la obra de contrucción de las escuelas.
7. Escuelas
de agricultura, ya que los preparación de expertos agrícolas era igual de
necesario que los obreros calificados.
8. La
Alta Cultura, dentro de lo cual entra la construcción de la Ciudad
Universitaria y la creación del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Manuel Gual Vidal
Tuvo como
uno de sus colaboradores inmediatos al distinguido filósofo y pedagogo mexicano
Francisco Larroyo, quien fue el primer titular de la Dirección General de
Enseñanza Normal, creada en 1947.
Francisco Larroyo fue profesor normalista y doctor en
filosofía. En un viaje de estudios a Alemania, conoció la filosofía neokantiana
de Marburgo, entonces representada por Paul Natorp, creador de la corriente de
la pedagogía social. De regreso a México, Larroyo
difundió ampliamente la filosofía crítica de Marburgo, y escribió varios libros
orientados por dicha escuela.
Haciendo uso de las ideas filosóficas de Larroyo, Gual
Vidal manifestó mucha insistencia en orientar la educación hacia la actividad
productiva del país. Indica, en diversas ocasiones, la necesidad de vincular el
sistema educativo con las tareas nacionales de producción económica. Por ello,
hace énfasis en la llamada ESCUELA PRODUCTIVA y el APRENDER HACIENDO.
A este respecto, agrega como principios
regulativos de la Escuela Rural, la
tesis central de la pedagogía social, el vínculo de la escuela con la comunidad
de cultura a que pertenece, la personalidad libre del alumno y el principio de
la escuela activa y del trabajo, y tiene como objetivos inmediatos convertir a
los alumnos en factores activos de la producción económica, impartir una
cultura general, además de tender a las actividades prácticas en adiestramientos
manuales, actividad deportiva y artística con fines de diversión y
entretenimiento.
En base a lo anterior, y para realizar una
mejor cobertura educativa, propone el sistema de escuelas paralelas: clases
normales, clases de aceleración, clases auxiliares y clases para los niños bien
dotados, que tenía como objetivo principal el proporcionar mejor atención a los
educandos según su habilidades y capacidades de aprendizaje.
En lo tocante a la educación normal, la responsabilidad
en la formación de los profesores estuvo en manos de Francisco Larroyo, quien
fue nombrado Director General de Enseñanza Normal en marzo de 1947. Una vez
ocupando su cargo, independizó el Departamento de Educadoras de Párvulos y lo
convirtió en la actual Escuela Nacional de Educadoras. Es importante hacer
notar que su labor como académico y responsible de la educación normal, estuvo
sellada por las ideas filosóficas que importó de Alemania.
Como ya se dijo anteriormente, la industrialización de
México marcó el ritmo y el tono de la educación en México, destacando la
enseñanza técnica como meta principal del régimen. Ésta debería desarrollarse
ampliamente, por estar en el centro de las preocupaciones. Por ello, se impulsó
el Departamento de Capacitación del Instituto Politécnico, para formar obreros
calificados, además de inaugurarse varios institutos tecnológicos regionales.
Asimismo, se dieron los pasos necesarios para constituir el Patronato encargado
de la Ciudad Politécnica.
Y ya hablando del tema de las construcciones, debo
mencionar que fue la construcción de escuelas lo que caracterizó el periodo
alemanista. El trabajo realizado por Jaime Torres Bodet en este campo, tuvo
seguimiento durante la gestión de Manuel Gual Vida. En marzo de 1948, el
Presidente puso en marcha la Campaña Nacional de Construcción de Escuelas
(1948-52). Mediante ésta, al final del sexenio se habían construido 4 159
escuelas nuevas y se habían reparado 2 383, obras que requirieron 272 millones
de pesos. La cración máxima de esta campaña fue la erección de la Ciudad
Universitaria. Con un costo aproximado de 200 millones de pesos, en un
espléndido escenario en el Pedregal de San Angel, se construyó la Ciudad
Universitaria, la cual fue entregada a la comunidad universitaria en el mes de
noviembre de 1952.
Y para finalizar con la exposición de los logros del
sector educativo durante la presidencia de Miguel Alemán, es necesario
mencionar que se crearon tres nuevas instituciones de suma importancia: el
Instituto Nacional Indigenista (4 de diciembre de 1948), tenía como principal
objetivo armonizar y conjuntar la acción de las diversas agencias
gubernamentales para le mejoramiento económico, social, educativo y culturar de
los indígenas; el Instituto
Nacional de la Juventud (15 de mayo de 1950), se creó con el propósito de
estudiar los problemas juveniles, buscar medidas para resolverlos y dar
orientación en la vida social; y el Instituto Nacional de Bellas Artes (1o. de
enro de 1947).
A pesar de los logras antes mencionados, en el sexenio
alemanista la alfabetización decayó lamentablemente, no se dio la debida
atención a la cuestión indigenista, y la enseñanza agrícola y la escuela rural
tampoco recibieron la ayuda necesaria. Y a pesar de las cuantiosas
construcciones, el presupuesto destinado al sector educativo disminuyó en
relación con el de Ávila Camacho. En 1947, el presupuesto educativo
representaba el 14.21% del presupuesto federal, en tanto que el último año del
régimen de Ávila Camacho representaba el 17.48% . En el último año del gobierno
de Alemán, el presupuesto educativo bajó al 10.96%.
PERIODO DE MANUEL AVILA CAMACHO 1940-1946
La
educación en el período de Manuel Ávila Camacho (1940-1946)
La
reforma que en 1934 daría a la educación pública en México el carácter de
“socialista”, provocó un ambiente de tensión y discordia entre los diferentes
sectores de la sociedad mexicana. El calificativo preocupó a todos aquellos que
veían en el socialismo una amenaza a sus intereses. Los grupos más
conservadores y reaccionarios de México habrían de intentar en diversas
ocasiones que el Artículo Tercero se volviera a reformar, atribuyéndole un
carácter más menos radical y más “democrático”.
Esto,
aunado a los conflictos internos de la Secretaría y los diferentes organismos
sindicales que representaban el magisterio, provocó que a partir de 1940 el
discurso político, en lo tocante a la educación, se encaminara a crear una
atmósfera menos radicalizada y a preparar el camino para una futura reforma al
Artículo Tercer que terminara con el carácter “socialista” que se le quizo
atribuir a la educación durante la presidencia de Lázaro Cárdenas.
Cabe
mencionar, que la Segunda Guerra Mundial fortaleció la “doctrina de la unidad
nacional”, y ante el miedo de intervenciones que provocaran otra guerra, el
ambiente que se vivió durante los siguientes años se caracterizó por un deseo
de lograr y afianzar la paz mundial y el deseo ferviente de progreso inhundó a
todas la naciones.
Para
cuando Manuel Ávila Camacho tomó posesión de la Presidencia de México, la SEP
vivía un momento de crisis, ya que el proyecto socialista de la educación no
había rendido los frutos que se desearon y se enfrentaba a la contradicción de
desarrollarse en un país con un modelo económico de capitalismo dependiente.
Así
pues, puede decirse que el periodo avila camachista es la etapa de transición
de la “escuela socialista” a la “escuela de la unidad nacional”, que tenía como
principios: paz, democracia y justicia. Y como toda etapa de transición supone
cierto desequilibrio, la Secretaría de Educación Pública habría de sentir
el desvalance que representaba el intento de conciliar las fuerzas en disputa.
Prueba de ello nos lo da el clima conflictivo que imperó en la educación
durante el sexesnio de Ávila Camacho, el cual se tradujo en el cambio de los
primeros secretarios de educación: Luis Sáchez Pontón (diciembre de 1940 a
septiembre de 1941), Octavio Véjar Vázquez (1941-43), y Jaime Torres Bodet
(1943-46).
Luis
Sánchez Pontón tomó posesión de su cargo el 1o diciembre de 1940. Su
designación como Secretario de Educación Pública se debió a la presión de los
grupos y organismos de la izquierda más radical que seguían apoyando el
proyecto de la educación socialista. Junto con Alberto Bremauntuz y Ernesto
Arreguín, formó parte del Comité en Pro de la Educación Socialista.
Sánchez
Ponsón sostuvo firmemente los postulados del Artículo Tercero. Durante su
gestión en la Secretaría, la política educativa giró en torno a tres principios
fundamentales: 1) incrementar los medios para liquidar el analfabetismo; 2)
crear el tipo de hombre, de trabajador y de técnico que exigía el desarrollo
económico; y 3) elevar la cultura general en el campo de la ciencia y del arte.
Reestructuró la
SEP, quedando integrada por las siguientes dependencias:
1. Dirección General de Enseñanza Primaria en
los estados y territorios
2. Dirección General de Educación Primaria en
el Distrito Federal
3. Dirección General de Segunda Enseñanza
4. Dirección General de Enseñanza Superior e
Investigación Científica
5. Dirección General de Educación Extraescolar
y Estética.
6. Dirección General de Educación Física
7. Dirección General de Estudios
Tecno-pedagógicos
8. Dirección General de Administración
9. Departamento de Servicios Médicos e
Higiénicos
10. Oficina Jurídica y de Revalidación de
Estudios
11. Oficina de la Comisión Mexicana de
Cooperación Intelectual
12. Oficina de Prensa y Publicida
Su firme propósito de sostener los principios de
la educación socialista, además de su inclinación hacia elementos radicales que
tenían alguna influencia dentro de la SEP, no estaba acorde con la política de
rectificación que venía imponiendo el régimen, lo cual provocó que Ávila
Camacho decidiera relevarlo de su cargo en septiembre de 1941. A esto hay que
agregar la ineficiencia que mostró para conciliar y solucionar las luchas
internas de los maestros.[1]
Octavio Véjar Vázquez
El nuevo secretario tomó posesión el 12 de septiembre de
1941 y se propuso: 1) atemperar ideológicamente los planes de estudio, 2)
combatir a los elementos radicales y comunistas en el ambiente de la educación,
3) buscar la unificación del magisterio, e
4) incorporar de manera más activa la acción de la iniciativa privada en la
enseñanza. Para dar solución a este último punto creó la Comisión de la
Iniciativa Privada.
Impulsó la segunda reglamentación del Artículo Tercero en
1941 (Segunda Ley Orgánica del Artículo Tercero socialista) con la cual se
pretendía: apertura para la iniciativa privada en el rubro educativo y la
definición clara de la ideología que habría de regir a la educación pública en
México.[2] El gobierno decidió reemplazar la Ley Orgánica, aprobada
apenas en diciembre de 1939, y presentó en septiembre de 1941 el proycto de una
segunda Ley Orgánica para reglamentar el Artículo Tercero. Quedó pues la Ley
Reglamentaria, la cual quedó aprobada el 31 de diciembre de 1941, publicándose
en el Diario Oficial el 23 de enero de 1942. Cabe mencionar que en dicha Ley
seguía considerando que “la educación que imparta el Estado en cualquiera de
sus grados y tipos, sujetándose a las normas de la Constitución, será socialista”, entendiendo por
“socialista” únicamente lo que tenga un carácter colectivo por encima de lo meramente
individual.
Véjar Vázquez cambió los ideales de la educación
socialista por otros “democráticos y patrióticos”. Le dio a la Escuela de la
Unidad Nacional el membrete de ESCUELA DEL AMOR. Sostenía que la democracia y
el sectarismo eran incompatibles, por eso “una escuela ajena a toda influencia
extraña, una escuela de amor que fomentara la unidad nacional, formase la
nacionalidad y rechazara cualquier ideología”, sería la idónea para inyectar la
paz y el equilibrio que el país necesitaba para su desarrollo y progreso.
Su filiación con el sector militar del gobierno
avilacamchista, y su interés por “moralizar” la Secretaría, lo llevó a iniciar
una campaña de persecución en contra de los sectores radicales del magisterio.
Pasando por alto el Estatuto Jurídico, cesó maestros argumentando que no tenían
títulos profesionales, aunque sí un curriculum de varios años de servicio, que
se inció con los orígenes de la Escuela Rural. Estos acontecimientos le
provocaron serios conflictos con las principales agrupaciones que se disputaron
la hegemonía del magisterio, tales como: el STERM, apoyado por la Confederación
de Trabajadores de México (CTM); el
SNATE, órgano en que se apoyó
Véjar Vázquez cuando llegó a la SEP; FRMM, apoyado por la Confederación
Nacional de Campesinos (CNC); el Sindicato Mexicano de Maestros y ´Trabajadores
de la Enseñanza (SMMTE), surgido por iniciativa de Véjar, y el Sindicato Unico
Nacional de Trabajadores d ella Enseñanza (SUNTE), de filiafción comunista.
A pesar de todo esto, su gestión en la
Secretaría de Educación Pública dejó frutos. Octavio Véjar Vázquez: transformó
el Instituto de Preparación del Magisterio de Segunda Enseñanza en la Escuela
Normal Superior, en la ciudad de México; creó las escuelas prácticas de
agricultura; amplió las funciones de la Dirección General de Enseñanza Priamria
en los Estados y Territorios; expidió nuevos programas, con vigencia para todas
las escuelas primarias de la República; instituyó la Dirección General de
Profesiones; estableció el Observatorio Astrofísico de Tonanzintla, Puebla;
creó el Seminario de Cultura Mexicana; fundó el Colegio Nacional; estableció la
Comisión Impulsora y Coordinación de la Investigación Científica; creó el
Premio Nacional de Literatura; y fundó la Escuela Normal de
Especialización en 1943.
Jaime Torres Bodet
Tomó posesión del cargo el 24 de diciembre de 1943. Jaime Torres
Bodet representa el triunfo en varios de los objetivos que se propuso el
gobierno de Manuel Ávila Camacho en materia de educación.
Una de estas victorias lo constituye la unificación del
magisterio, que tantos conflictos causó a los secretarios anteriores.De acuerdo
con el llamado presidencial se realizó el Congreso de Unificación Magisterial,
inaugurado el 24 de diciembre de 1943 en el Palacio de Bellas Artes. El
Congreso fue presidido por Luis Alvarez Barret y al terminar el 30 de diciembre
de 1943, surgió el SNTE, siendo su primer secretario general, el profesor Luiz
Sánchez Orozco. El 15 de marzo de 1944, un decreto presidencial reconoció al
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación como el único organismo
representativo de todo el magisterio nacional.
Ya unificado el magisterio, lo que faltaba era dotarlo de
una buena preparación. Para ello, por Ley del 30 de diciembre de 1944, se fundó
el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio (IFCM), inaugurado el 19 de
marzo de 1945, con el propósito de brindar capacitación a maestros en servicio
que ejercían sin estudios profesionales sitemáticos. Esta institución organizó
cursos por correspondencia, al
mismo tiempo que complementaba dichos estudios con cursos intensivos dentro de
los meses de vacaciones.
Por otra parte, uno de los problemas serios de que
padecía la educación pública en México lo constituían los programas educativos.
El régimen necesitaba una escuela que legitimara sus objetivos políticos y
económicos, y ésto se tendría que ver traducido en una educación que reflejara
el ansia de la tan anhelada “unidad nacional”. Para ello, Torres Bodet creó la
Comisión Revisora y Cordinadora de los
Planes Educativos y Textos Escolares. En la instalación de la Comisión, el 3 de
febrero de 1944, además de trazar los lineamientos de los planes, contenidos y
métodos, Torres Bodet indicó: “la primera norma que las naciones señalarán a la
educación sera la de ser de ella una doctrina constante de paz, la segunda
norma será una educación para la
democracia y la tercera será una educación que habría de ser una preparación
para la justicia”.Estos principios habrían de regir a la educación pública
durante los siguientes sexenios.
En lo tocante al problema del analfabetismo, Torres Bodet
inició una Campaña Nacional que se propuso terminar con dicho problema. Según
el censo de 1940, el país contaba con 47.88% de analfabetos absolutos, y ante
el problema de la sengudna Guerra Mundial, el Ejecutivo expidió una Ley de
Emergencia para iniciar la Campaña Nacional contra el Analfabetismo el 21 de
agosto de 1944. De acuerdo a esta Ley, todos los mexicanos residentes en el
territorio nacional, sin distinción de sexo u ocupación, mayores de 18 años y
menores de 60 años que supieran leer y escribir y no estuvieran incapacitados,
tenían la obligación de enseñar a leer y a escribir cuando menos a otro
habitante de la República, entre los 6 y los 40 años, que no supiera hacerlo. La
campaña comprendió tres etapas: la primera, de organización, entre el 21 de
agosto de 1944 y el último de febrero de 1945; la segunda, de enseñanza, del 1o
de marzo de 1945 al último de febrero de 1946, y la tercera, de revisión y
exposición de resultados, del 1o de marzo al 31 de mayo de 1946.
Pero sabiendo que el analfabetismo funcional acosaba a
las mexicanos, creó la Biblioteca Enciclopédica Popular. A través de la
publicación de las grandes obras en ediciones económicas, se pretendía que los
mexicanos se acercaran a los clásicos de las diferentes ramas de la ciencia. El
objetivo final era hacer que la la mayoría del pueblo mexicano tuviera acceso a
la “cultura”.
En el aspecto cuantitativo, Torres Bodet inició la época
de las grandes y “cuantiosas” construcciones de escuelas. A partir de éste
momento, y sobre todo en el periodo de Miguel Alemán, se dará mucho énfasis en
las instalaciones educativas, tanto en la construcción de nuevos edificios como
en la reparación de los ya existentes. Para ésto, el gobierno creó, por ley del
23 de marzo de 1944, un Comité Administrador que habría de encargarse de
elaborar el Programa de Construcción de Escuelas. El plan comprendió la
construcción de 796 edificios. De los primeros 352 se destinaro 3 para jardínes
de niños, 342 para escuelas primarias, 3 para secundarias y 4 para diversas
actividades. En 1946, se construyeron otros 236, distribuídos así: 216
primarias, 6 secundairas, 13 para actividades diversas y uno para un internado.
Con todos ellos fue posible dar servicioa a 200 683 alumnos.
Es importante mencionar que la formación humanista del
secretario de educación, ya que Jaime Torres Bodet era literato, influyó mucho
en labor cualitativa dentro de la SEP. Prueba de ello lo fue la realización del
Primer Congreso de Educación Normal, que se llevó a cabo en la ciudad de
Saltillo, Coahuila a partir del 23 de abril de 1944. Entre las conclusiones del
congreso se encuentran las siguientes: “la Escuela Normal Rural será:
socialista, coeductavia, integral, de carácter específico y regional, y
agropecuario. La Escual Normal Rural desarrollará una acción social a favor de
las masas campesinas. La Eduación Normal Urbana Primaria pugnará por: lograr la
unidad nacional, afirmar la democracia junto con los ideales de cooperación,
solidaridad, justicia y amor por la humanidad”.
El 11 de mayo de 1944 se inició un ciclo de conferencias
sobre la enseñanza de la historia de México. Las resolciones más importantes
fueron: “La enseñanza de la historia de México debe tener dos fines fundamentales:
la verdad en mateira histórica y la creación de un sentimiento de solidadridad
nacional, como factor fundamental para la integración de la patria”.
Y para finalizar con broche de oro la gestión de Torres
Bodet en la Secretaría de Educación, se inició en 1945 el proceso de reforma al
Artículo Tercero constitucional, que habría de terminar definitivamente con la
“escuela socialista” de Lázaro Cárdenas. Con base en la “política de la Unidad
Nacional” y las orientaciones de una educación integral para la paz, la
democracia y la justicia, la lucha contra la ignorancia y a favor del
nacionalismo y la solidaridad internacional (principios aprobados en la
Conferencia Educativa, Científica y Cultural del 16 de noviembre de 1945,
celebrada en Londres, donde surgió la UNESCO), se procedió a preparar la reforma del
Artículo Tercero constitucional de 1934. Para justificar toda la problemática
que envolvía esa reforma, el SNTE organizó las Conferencias Económica,
Pedagógica y Política, del 23 de noviembre al 3 de diciembre de 1945. El
Ejecutivo de la Unión envió su proyecto de reforma al Artículo Tercero. Sin
demora el Poder Legislativo Federal lo aprobó, y el 1o. de enero de 1946 la
prensa dió la información oficial. En el transcurso de ese mismo año las legislaturas
de los Estados dieron su aprobación. El 15 de octubre se declaró reformado el
Artículo 3o constitucional y se publicó en el Diario Oficial de 30 de diciembre de 1946.
PERIODO DE LÁZARO CÁRDENAS 1934-1940
PERIODO DE LÁZARO CÁRDENAS
Allí se revivieron las polémicas generadas en el Congreso de la
Unión: el senador Ezequiel Padilla10 pidió adaptar el socialismo a la
realidad nacional para dar paso al surgimiento de un "socialismo a la
mexicana"; el senador por Michoacán, Ernesto Soto Reyes,11 afirmó que el socialismo marxista se
basaba en ideas de aplicación universal y se deformaría el cuerpo original de
teorías si se adaptaba a la realidad de un país (Britton, 1976:137). La
modificación se aprobó en el Senado el 20 de octubre de 1934 con votación de 36
a favor y 13 en contra. Como resultado de dicha enmienda, el artículo Tercero
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos estableció el
carácter socialista de la educación en los siguientes términos:
1° La educación primaria será obligatoria y el Estado la impartirá
gratuitamente.
2° La educación que imparta el Estado será socialista, y además de
excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios, para
lo cual, la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que
permita crear entre la juventud un concepto racional y exacto del universo y de
la vida social.
3° Sólo el Estado —Federación, Estados, Municipios— impartirá
educación primaria, secundaria y normal. Podrán concederse autorizaciones a los
particulares que deseen impartir educación en cualquiera de los tres grados
señalados, de acuerdo en todo caso con las normas prescritas con la ley.
4° Las actividades y enseñanzas de los planteles particulares
deberán ajustarse, sin excepción alguna, a las disposiciones legales, y estarán
a cargo de personas que en concepto del Estado tengan suficiente preparación
profesional, conveniente moralidad e ideología acorde con dicho concepto. En
tal virtud, las corporaciones religiosas, los ministros de los cultos, las
sociedades por acciones que exclusiva o preferentemente realicen actividades
educativas, y las asociaciones o sociedades ligadas directa o indirectamente
con la propaganda de un credo religioso, no intervendrán en forma alguna en las
escuelas primarias, secundarias o normales, ni podrán apoyarlas económicamente.
5° La formación de planes, programas y métodos de enseñanza
corresponderá en todo caso al Estado.
6° No podrán funcionar los planteles particulares sin haber
obtenido previamente la autorización expresa del poder público. En todo caso es
inalienable el derecho del Estado para revocar, en cualquier tiempo, las
autorizaciones concedidas. Contra la revocación no procederá recurso o juicio
alguno.
7° El Estado podrá retirar discrecionalmente en cualquier tiempo,
el reconocimiento de validez oficial a los estudios hechos en planteles
particulares.
8° El Congreso de la Unión, con el fin de unificar y coordinar la
educación en toda la República, expedirá las leyes necesarias, destinadas a
distribuir la función social educativa entre la Federación, los Estados y los
Municipios, a fijar las aportaciones económicas correspondientes a los
funcionarios que no cumplan o que no hagan cumplir las disposiciones relativas,
lo mismo que a todos aquellos que las infrinjan (Secretaría de Educación
Pública, 1941:21–22; Britton, 1976:138–139).
Toluca: la oposición a la educación socialista en el cardenismo
(1934–1940). Recorrido historiográfico sobre enseñanza socialista
Historiografía nacional
Recién concluido el periodo presidencial de Lázaro Cárdenas del
Río, iniciaron las investigaciones sobre el tema de la instrucción socialista.
Las figuras principales y los espectadores narraron los sucesos
vividos por ellos; en los escritos históricos de la décadas de los cuarenta a
los sesenta del siglo pasado se tomaba partido a favor o en contra de esa
educación (Bazant, 1999:183); de esa etapa sobresalen veredictos, juicios y
apreciaciones sobre la enseñanza socialista, a pesar de su deseo de
cientificidad.12
Para los años setenta del siglo XX las indagaciones se dirigieron
a la política educativa, observada ésta desde la posición del Estado nacional;
estos estudios marcaron un parteaguas en la producción historiográfica de la
temática (Bazant, 1999:186). Involucraban las normas legales, el discurso
oficial, los programas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), la
confrontación Iglesia–Estado, la corporativización del magisterio, la trayectoria
de la escuela rural mexicana, los garridistas en Tabasco y el socialismo en el
sureste de México.13
Gracias a la historiografía de esa década se comprendieron mejor
las experiencias educativas anteriores a la enmienda de 1934 y las disputas
entre fuerzas políticas y poderes. Durante los ochenta, la investigación sobre
instrucción socialista modificó sus líneas: libros de texto y programas de
estudio de 1920 a 1940, lecturas revolucionarias de 1921 a 1940, escuelas
Artículo 123, influencia del marxismo en la educación socialista, formas de
supervivencia de las escuelas particulares durante el cardenismo, rol de la
Unión Nacional de Padres de Familia en contra de la reforma educativa
socialista, normas legales y orientaciones pedagógicas nacionales de 1934 a
1940.14
También en esa década asistimos al comienzo de paradigmas en la
investigación educativa y al ascenso de otra corriente historiográfica, la
llamada historia regional: de la historia nacional circulamos a las de las
regiones, de las entidades federativas a los municipios y las comunidades. Con
esta nueva tendencia, se evidenció la pluralidad de nuestro país y se
estimularon búsquedas sobre aplicación de dicha reforma en la provincia
mexicana, especialmente las repercusiones de la enseñanza socialista en la
educación primaria rural, urbana y superior.
Productos de esta directriz son los análisis de los procesos
políticos suscitados con la puesta en marcha de la instrucción socialista como
el antagonismo de la Iglesia, los lazos entre fuerzas locales y federales y los
mecanismos para que estas últimas extendieran su poder, así como las
participaciones de las estructuras de trabajadores y la organización
magisterial.15
En los noventa los historiadores de la educación socialista
dirigieron su interés hacia lo social con el auxilio de la antropología y la
etnografía de la educación (Quintanilla y Vaughan, 1997:13). Ejemplos de esto
son los trabajos de Elsie Rockwell y Ruth Mercado (1986) y de Justa Ezpeleta y
Elsie Rockwell (1988) cuyos cuerpos de estudio son la actuación de los sectores
campesinos en la red de la revolución mexicana, estudios etnográficos de las
escuelas rurales mexicanas y los vínculos entre comunidades y escuelas.
La historia de la enseñanza socialista se replanteó durante la
primera década del siglo XXI, lo que redundó en innovaciones; sus objetos de
estudio son aspectos poco conocidos de aquella época: problematización teórica
de la distancia entre las normas y las prácticas; relectura o recuperación de
nuevas fuentes; adopción y adecuación de la metodología de otras disciplinas
científicas; continuación de la investigación interdisciplinaria; coeducación
en las escuelas normales; formación política de los profesores de escuelas
rurales y urbanas; enseñanza del civismo en la escuela primaria rural federal;
influencia de los movimientos estudiantiles sobre el desarrollo de la nueva
instrucción; los estereotipos culturales de los involucrados en el proceso
educativo; relación entre el discurso oficial y la realidad de las primarias
rurales y la relación entre la educación y los indígenas, entre otros.16
Historiografía en el Estado de México
Además de las obras citadas anteriormente de Eugenio Martínez y
Alicia Civera17sobre
instrucción socialista en el Estado de México, encontré otras. Elvia Montes de
Oca realiza investigación regional: abarca toda la entidad mexiquense y todos
los niveles educativos, especialmente las educaciones elemental y normal; sus
fuentes son: periódicos nacionales y locales, documentos elaborados por
protagonistas de esa época y los archivo Histórico del Estado de México, de la
Escuela Normal para Profesores, el Histórico Municipal de Toluca y el del Poder
Legislativo del Estado de México.
Su interés por la educación socialista le ha llevado a seguir la
pista a diversos temas: obstáculos para la aplicación de la transformación
educativa; ausencia de profesores preparados como tales y capacitados;
oposiciones por parte de los padres de familia y de los miembros del clero por
la irreligiosidad y la coeducación; el impacto sobre la enseñanza socialista de
la intermitencia de los periodos de gobierno de los mandatarios mexiquenses;
papel de las autoridades civiles; apoyos didácticos para la reforma educativa;
labor social de los maestros en su comunidad; violencia provocada por la
transformación pedagógica, valores contenidos y enseñados en las aulas
socialistas; ideas cardenistas entorno a la educación y disputa por el poder
entre Iglesia y Estado; entre otros.18
Historiografía municipal
La bibliografía consultada para casos locales en el Estado de
México se remite a las siguientes obras: Juan B. Alfonseca Giner de los Ríos
(en Civera, 1999) averiguó sobre procesos generados por la instrucción
socialista en los distritos de Texcoco y Chalco, principalmente conflictos,
resistencias, negociaciones y adhesiones en la relación escuela
federal/comunidad.
Otra investigadora local de la reforma educativa es Celia Zarco
González; estudia lo acaecido en el distrito de Ixtlahuaca: "[...]
contrasta los documentos oficiales con testimonios orales de maestros que
trabajaron en esa zona, y a quienes les fue encomendada la aplicación de la
reforma educativa de 1934" (Montes de Oca, 1998:20–21).
Patricia Hurtado Tomás (1986) también investigó este lapso; la
reforma aplicada en la Escuela Normal Mixta de Toluca fue su objeto de estudio.
Para Bruno Sánchez Hisojo (1995), la educación socialista en las escuelas
primarias federales del valle de Toluca mereció un trabajo de indagación;
revisó las instituciones locales coadyuvantes de la educación primaria federal
y los problemas enfrentados por el maestro federal rural en dicho valle.
Sobre el municipio de Metepec existe el trabajo realizado por
Longina Serranos Sánchez (2001) para obtener el grado de maestría por el
Instituto Superior de Ciencias de la Educación del Estado de México. Se
interesó por revisar los planes de estudio de las escuelas primarias, sus contenidos
y su relación con las actividades desplegadas en esas instituciones educativas
por los maestros. Montes de Oca (1998) trata también el municipio de Toluca:
aborda a los protagonistas involucrados en la reforma: alumnos, maestros,
padres de familia, autoridades civiles, prensa e Iglesia. Nos parece que este
trabajo de Montes de Oca, inició el estudio en el municipio de Toluca y
contribuyó a generar otras líneas de análisis, entre ellas la oposición
generada por el clero y algunos padres de familia en las escuelas primarias
rurales federales ubicadas en los pueblos de este municipio y los mecanismos
para evidenciar la obstrucción, sin embargo, creemos que su trabajo generó
algunas lagunas. El objetivo de esta investigación es tratar de llenar ese hueco
dejado por las investigaciones de Montes de Oca.
Escuelas primarias estatales, federales y función de las
autoridades civiles
En 1936 existían 44 escuelas primarias en el municipio
de Toluca; 38 de ellas dependían del gobierno estatal, y se distribuían: ocho
elementales, ocho elementales y superiores,19 cinco nocturnas, una anexa al Tribunal
de Menores y 16 rurales (AHEM/ Fondo Educación/ Serie Dirección Escolar/ 1939/
Volumen 418/ Expediente 55). Existían también seis rurales mixtas dependientes
de la federación; ubicadas en las localidades de Capultitlán, Santa Ana
Tlapaltitlán, Santiago Tlacotepec, San Juan Tilapa, Cacalomacán y Tecaxic (AHMT/
Ramo Educación Pública/ 1936/ Volumen 31/ Legajo Al Foja 5).
De estas escuelas de educación básica del municipio de Toluca las
38 eran unisexuales, lo cual contradecía la norma de la educación socialista en
su carácter coeducativo; esto en parte se explicaría por el rechazo de ciertos
sectores sociales a la convivencia entre niños y niñas en la misma escuela por
razones religiosas y de costumbres y tradiciones (Montes de Oca, 1998:18). En
las primarias del municipio toluqueño, el presidente municipal y los comisarios
civiles de cada pueblo que conformaba dicho municipio20 —las denominaciones actuales para los
comisarios civiles son delegados municipales— al obedecer y aplicar las leyes
federales y estatales referentes a la educación, se convirtieron en gran medida
en los encargados de la correcta y efectiva aplicación de la educación
socialista a través de varias formas:
1) Vigilaban
las asistencias de profesores y alumnos: de los primeros con listas de
asistencias levantadas por inspectores escolares; de los estudiantes con las
relaciones de concurrencia realizadas diariamente por cada uno de los
profesores en su aula o aulas.
2) Las
autoridades municipales, en coordinación con los directores de las escuelas
primarias, exhortaban a los padres de familia a enviar a sus hijos a estudiar
en esas instituciones educativas y cumplir de esta manera con la obligatoriedad
de la educación primaria establecida en nuestra Carta Magna.
3) También
imponían multas económicas a los padres de familia cuando sus hijos no
acudieran a la escuela (de conformidad con el artículo 190 de la Ley General de
Educación vigente en esa época, se aplicaban multas que iban desde los veinticinco
centavos hasta los cinco pesos; la cantidad dependía de los ingresos del padre
infractor, o el arresto correspondiente a razón de un día por cada peso de
multa).
4) Se
convertían en receptores de las quejas de los lugareños cuando se inconformaban
por diversas cuestiones, las que involucraban desde el trabajo o actitudes de
los mentores, autoridades escolares, hasta cuestiones académicas o materiales
de su respectiva institución educativa.
En Toluca, como en diversas entidades federativas del país, se
presentaron diferentes tipos de oposición a la aplicación de la educación
socialista y sobresalían la inasistencia escolar y la creación de escuelas
particulares no autorizadas.
Inasistencia escolar
El ausentismo escolar en el municipio de Toluca, al igual que el
nacional, fue promovido por el clero; Pascual Díaz, arzobispo de la ciudad de
México, lanzó advertencias en abril de 1934, en las cuales "[...] ordenaba
a los padres de familia que debían abstenerse de enviar a sus hijos a las escuelas
laicas dado que la Secretaría de Educación Pública estaba impidiendo la
educación cristiana de los niños" (Camacho, 1991:116) y conminó a los
católicos a impedir, con cualquier medio legal a su alcance, que se
estableciera y propagara la enseñanza socialista, con la amenaza de excolmugar
a quien cooperara con dicha instrucción (Solana et al., 1982:268, 269).
Muchos habitantes del país, incluidos los de Toluca, obedecieron
dichas órdenes, por lo que la ausencia de alumnos fue significativa en varias
entidades de la nación, como en Tlaxcala, donde a principios de 1935 y 1936,
hubo un marcado descenso en las inscripciones. Otro ejemplo es Puebla, donde en
el otoño de 1934:
[..] la iglesia poblana y las organizaciones católicas, apoyadas
por vastos sectores de las clases medias, comenzaron a enviar desde la ciudad
de Puebla hacia el campo folletería en contra de la "reforma
satánica" del artículo Tercero Constitucional. Como consecuencia, en 1935
hubo un descenso notorio en la asistencia de alumnos a las escuelas oficiales
(Quintanilla y Vaughan, 1997:174).
Ante esto, profesores e inspectores escolares de todo el
territorio nacional enviaban cartas donde suplicaban o exigían ayuda para
incrementar el número de sus alumnos a las diferentes autoridades políticas; en
Tlaxcala, el subsecretario estatal de educación, Gabriel Lucio, se quejó ante
el comité Ejecutivo del PNR de la agitación de los sacerdotes "[...]
tendiente a obstruccionar (sic) la acción de las escuelas federales"
(Quintanilla y Vaughan, 1997:206).
En los archivos consultados por nosotros existen muchos ejemplos
de este tipo de respuesta a la educación socialista a lo largo del periodo
1934–1940 en Toluca; la inasistencia escolar fue la principal forma de
respuesta de una parte de la sociedad toluqueña hacia la enseñanza socialista
aplicada en el país. En octubre de 1934 el sacerdote de Capultitlán, poblado
enclavado al sur del municipio de Toluca, llamó a los padres de familia, en
plena misa, a ya no enviar más a sus hijos a la escuela primaria rural federal,
ubicada a la entrada de dicha localidad, porque en esa institución se les
enseñarían cosas nocivas para la moral y la religión pero, a cambio, debían
enviar a sus vástagos a la doctrina impartida en las instalaciones de la
iglesia (Montes de Oca, 1998:9).
En otro ejemplo, Leonardo J. Santana, director de la escuela
primaria rural federal de Capultitlán, hizo un llamado a los comisarios
municipales y representantes del comisariado ejidal de ese poblado para que
contribuyeran a que los niños cursaran su educación primaria: éstos debían
lograrse cuando estas autoridades convocaran a una reunión a los padres de
familia del poblado y ahí, mediante el diálogo, convencerlos de mandar a sus
hijos a dicha institución educativa, debido a que los cursos estaban a punto
iniciar y todavía los progenitores no inscribían a sus vástagos. El director
Santana sospechaba la razón por la cual los jefes de familia no inscribían a
sus hijos en la escuela: la mala interpretación de los padres de familia hacia
el contenido del recién reformado artículo Tercero Constitucional (AHEM/ Fondo
Educación/ Serie Escuelas Federales/ Toluca/ 1935/ Volumen 3/ Expediente 3).
En el ejemplo anterior, el profesor Santana carecía de certeza de
por qué los padres de familia se abstenían de realizar la inscripción de sus
hijos en la escuela; se infería que podría ser debido al rechazo a la educación
socialista, también porque carecían de recursos económicos para enviarlos;
porque sus hijos debían trabajar para ayudar en el sustento de la familia; porque
era temporada de lluvias y los caminos se volvían intransitables; porque
llegaba la celebración del santo patrono del pueblo; porque los hijos debían
ayudar a sus padres durante las temporadas de siembra y cosecha; o porque, como
escribió Primitivo Álvarez, inspector de escuelas federales y del Estado de la
XXXI zona escolar, a Juan Fernández Albarrán, Secretario General de Gobierno
del Estado de México, en 1939, la baja asistencia escolar se debía a tres
factores:
1. La explotación económica realizada por los padres sobre sus
hijos.
2. La obra
solapada o abierta de los enemigos de la educación del pueblo (clero,
explotadores y falsos líderes pueblerinos) quienes obstruían la obra educativa.
3. A la labor
displicente de ciertas autoridades municipales, las cuales por compromisos
políticos con la población no exigían a los padres de familia el envío de sus
hijos a la escuela, tal como lo disponía el artículo 190 de la Ley General de
Educación (cursivas nuestras)
(AHMT/ Ramo Educación Pública/ 1939/ Expediente 4/ Legajo 2).
En los documentos consultados en el Archivo Histórico Municipal de
Toluca y en el Histórico del Estado de México, encontramos casos donde los
padres de familia alegaban que no inscribían ni enviaban a sus hijos a la
escuela porque ahí les enseñarían doctrinas socialistas, las cuales eran
contrarias a sus creencias religiosas.
Ejemplo de lo anterior es el suceso registrado en San Felipe
Tlalmimilolpan, otro pueblo al sur del municipio de Toluca, limítrofe con
Capultitlán, en donde a principios de 1935, Eduardo Zarza, director Federal de
Educación, visitó la escuela rural federal de esa localidad y encontró
únicamente a cuatro alumnos en clase. El 13 de febrero de ese año Zarza
organizó una junta con el comisario civil, el comisariado ejidal y diez padres
de familia residentes en esa población; al cuestionarles sobre la razón o
razones de por qué no enviaban a sus hijos a la escuela, respondieron que no lo
hacían porque estaban inconformes con el artículo Tercero Constitucional debido
a que, consideraban, atacaba sus conciencias; el comisario civil y el
comisariado ejidal contestaron al profesor Zarza que para evitarse problemas
con su comunidad, negarían su apoyo a los maestros y a la referida escuela.
Eduardo Zarza reportó estas situaciones, a través de cartas al
gobernador mexiquense José Luis Solórzano, al terminar alertó al jefe del
ejecutivo estatal sobre la función del clérigo del citado pueblo, porque
durante los oficios diarios atacaba continuamente a la instrucción socialista y
además presionaba a los jefes de familia para se abstuvieran de mandar a sus
hijos a estudiar a esa escuela (AHEM/ Fondo Educación/ Serie Escuelas
Particulares/ Toluca/ Volumen 3/ Expediente 3). En ocasiones los padres
enviaban a sus hijos a la escuela a pesar de los miedos hacia la enseñanza
socialista, sentimientos generados porque habían escuchado malas
interpretaciones por parte de vecinos o párrocos.
En marzo de 1936 los comisarios municipales de San Juan Tilapa
—otro poblado sureño de municipio de Toluca y también colindante con
Capultitlán y con San Felipe Tlalmimilolpan— con la Junta de Educación y padres
de familia dirigieron una carta al presidente municipal de Toluca para quejarse
por la clausura arbitraria de sus escuelas para niños y para niñas; esa acción
dejaría a muchos pequeños sin recibir instrucción primaria; los suscritos
alegaban que a pesar de "[...] malas interpretaciones que los enemigos del
progreso y del Supremo gobierno dan a ella [la instrucción de la juventud
proletaria], no tubimos (sic) empacho en mandar a nuestros hijos a esos
establecimientos de educación" (AHMT/ Ramo Educación Pública/ 1936/
Volumen 31/ Expediente 1/ Legajo 2/ Foja 96).
Incluso la oposición a la educación socialista salía a relucir con
problemas por completo ajenos a dicha enseñanza: en Capultitlán, en enero de
1938, en un escrito enviado por el director de la escuela rural federal,
Eulalio Villuendas Jr., al profesor Martín V. González, director de Educación
Federal en el Estado de México, informó sobre el origen del problema por el
cual entregó la escuela al representante de los padres de familia. El director
Villuendas escribió que, desde que él asumió la dirección de la institución en
junio de 1935 y hasta agosto de 1937, los maestros laboraban en armonía, hasta
que la profesora Evangelina Pardo Zárate llegó ahí a trabajar y comenzó una
labor incesante de división entre profesores, alumnos y vecinos de la
localidad.
Villuendas puso a la profesora Pardo a disposición de la Dirección
de Educación y la acusó de negligencia y falta de cooperación con la dirección
el plantel, pero el trabajo destructivo de la catedrática Evangelina ya estaba
realizado al generar un gran distanciamiento entre un grupo de vecinos y la
escuela ya que al defenderse, la profesora esgrimió ante la Dirección de
Educación que el personal de la escuela llevaba a cabo la implantación de las
educaciones sexual y comunista, afirmaciones que se filtraron y llegaron a
oídos de la población; éstas fueron usadas por el clérigo de Capultitlán para
lanzar, desde el púlpito, anatemas contra los padres de familia que enviaran a
sus hijos a la escuela del pueblo, por lo que algunos residentes iniciaron una
campaña en contra de las autoridades del plantel la que incluyó el envío de
anónimos donde se les amenazaba de muerte si no abandonaban inmediatamente las
instalaciones escolares.
Al mismo tiempo otro grupo de lugareños hacía intensa labor entre
los moradores del pueblo para convencerlos que su escuela rural federal tenía
que pasar a depender del gobierno del Estado de México porque, aseguraban
ellos, los profesores estatales no enseñaban el socialismo. Al final, las
instalaciones de la escuela sufrieron saqueos y destrozos a manos de
inconformes. En su informe, el director Villuendas aclaró que no toda la población
de Capultitlán compartía esas ideas fanatizantes y destructivas; ofreció una
lista de vecinos que sí apoyaban a las autoridades de la escuela, sobresaliendo
Wulfrano Ramírez, a la postre presidente municipal de Toluca.
Según el director Villuendas, el verdadero origen de los problemas
era la disputa por el manejo de la fructífera parcela escolar, la cual en 1937
había generado ganancias de mil pesos, cantidad utilizada para comprar
mobiliario y útiles escolares; informó que cuando llegó a la dirección del
plantel, los libros de contabilidad de la escuela reportaban que dicha parcela
arrojaba ganancias totales anuales de cincuenta pesos; en su opinión,
ejidatarios influyentes del pueblo, en combinación con la removida profesora
Evangelina, querían destituirlo para apropiarse del terreno y las utilidades
que producía.
Villuendas, desesperado, incluso pidió ayuda a las autoridades
municipales, pero respondieron estar muy ocupadas para atenderlo porque
entregarían sus cargos por esos días (AHEM/ Fondo Educación/ Serie Dirección de
Educación/ Toluca/ 1938/ Volumen 391/ Expediente 20). El director, por órdenes
de Martín V. González, entregó la escuela al representante de los padres de
familia y salió del pueblo para salvaguardar su integridad física.
Eulalio Villuendas Jr., fue reinstalado en su puesto de director
de la escuela rural federal de Capultitlán en febrero de 1938, y envió un
informe al gobernador estatal Wenceslao Labra para notificarle sobre los
adelantos y mejoras en la escuela primaria que dirigía; después de enumerarlos
hizo del conocimiento del mandatario mexiquense que era vergonzoso que, desde
la iglesia de Capultitlán, se continuara con la convulsión del vecindario con
el propósito de correr a los profesores de esa escuela.
¿Las razones de esta agitación? Porque los maestros de esa
institución educativa se negaban a permitir el uso de textos religiosos; porque
enseñaban canciones y composiciones de carácter revolucionario a los niños;
porque editaban el periódico Alborada y realizaban el mural Parcela; porque hacían festivales
culturales, los cuales incluían bailables y dramatizaciones de índole social y
no religioso; porque instituyeron desayunos escolares; porque luchaban para
conseguir útiles y ropa para niños indigentes; porque atendían a niños en edad
preescolar y les brindaban albergue con camas que en las imaginaciones del
sacerdote y de algunos vecinos visualizaban como material didáctico para
enseñar la educación sexual (AHEM/ Fondo Educación/ Serie Dirección de
Educación/ Toluca/ 1938/ Volumen 391/ Expediente 20).
La inasistencia escolar en el nivel básico fue constante de 1934 a
1940; gran parte de la población, en combinación con el clero católico, utilizó
esta inasistencia como muestra de su rechazo a la educación socialista. Esa falta
de alumnos en las escuelas fue combatida por las autoridades escolares. El
director de la rural federal de Capultitlán antes del problema descrito, hizo
una petición en 1936 al presidente municipal toluqueño, Darío López, para que
ordenara a los comisarios del lugar colaborar con la escuela para normalizar la
asistencia (AHMT/ Ramo Educación Pública/ 1936/ Volumen 31/ Expediente 1/
Legajo 2/ Foja 1). El presidente municipal respondió y giró las órdenes
respectivas a los comisarios (AHMT/ Ramo Educación Pública/ 1936/ Volumen 31/
Expediente 1/ Legajo 2/ Foja 2).
También el presidente del Comité de Educación de dicha escuela se
quejó con Darío López porque los comisarios civiles de Capultitlán no la
apoyaban, ya que no llamaron al pueblo a una reunión donde les pedirían dinero
para terminar trabajos de carpintería y, al mismo tiempo, escucharían su
opinión para cambiar algunas autoridades escolares (AHMT/ Ramo Educación
Pública/ 1936/ Volumen 31/ Expediente 1/ Legajo 2/ Foja 71); el presidente
municipal respondió e hizo un extrañamiento por escrito a los comisarios de esa
población (AHMT/ Ramo Educación Pública/ 1936/ Volumen 31/ Expediente 1/ Legajo
2/ Foja 2).
En otro documento sobre baja asistencia escolar, el secretario
general de Gobierno del Estado de México, Carlos Pichardo, ordenó en 1936 al
presidente municipal de Toluca realizar acciones para aumentar el número de
niños en la escuela rural de Tlachaloya, pueblo situado al norte del municipio
de Toluca, porque el profesor de esa escuela, Pascual Becerril, se quejó con
Pichardo y pidió que se girara una orden al jefe de armas de esa localidad para
recoger niños y niñas en edad escolar y dejarlos en la escuela, debido a que
los padres de familia y comisarios civiles no hacían caso de la presencia de los
menores en las instalaciones educativas (AHMT/ Ramo Educación Pública/ 1936/
Volumen 31/ Expediente 1/ Legajo 5/ Foja. 20).
El presidente municipal toluqueño, Luis F. Rodríguez, exigió en
1936 al C. Cipriano Barrera enviar a sus hijos a la escuela primaria porque de
lo contrario aplicaría sanciones económicas contra él, según lo estipulaba el
artículo 74 del Bando de Policía en vigor (AHMT/ Ramo Educación Pública/ 1937/
Volumen 31/ Expediente 1/ Legajo 1/ Foja 26); en 1937 el segundo regidor de
Toluca, Enrique Iglesias, ante la gran ausencia de estudiantes en la escuela
rural de Santiago Tlacotepec, propuso que el Ayuntamiento se dirigiera a los
comisarios civiles de esa localidad para que ordenaran a los padres que
enviaran a sus hijos a la escuela e, incluso, como medida coercitiva, les
impusieran multas económicas (AHMT/ Ramo Educación Pública/ 1937/ Volumen 31/
Expediente 1/ Legajo 2/ Foja 79); el presidente municipal
en 1937, Darío López, envió al comisario civil de San Martín Toltepec,
localidad situada al norte del municipio, la queja del maestro rural de la
escuela del pueblo, de apellido Martínez, por la baja presencia escolar porque
a pesar de la apertura de la escuela desde enero, únicamente tenía dos alumnos
(AHMT/ Ramo Educación Pública/ 1938/ Volumen 31/ Expediente 1/ Legajo 2/ Foja
118) el presidente municipal ordenó al comisario civil de San Martín Toltepec
aplicarse para que los niños asistieran a clases (AHMT/ Ramo Educación Pública/
1938/ Volumen 31/ Expediente 1/ Legajo 2/ Foja 11).
El problema de la inasistencia escolar persistía en 1938: el 6 de
enero de ese año el inspector federal de educación de la zona 15 pidió ayuda al
presidente municipal de Toluca, Antonio Mancilla Bauza, para incrementar la
asistencia en este municipio; el 8 de enero Mancilla Bauza contestó que ya
había girado instrucciones a las autoridades de los pueblos del municipio para
que procuraran mayor asistencia a los centros escolares y, en caso de que los
escolares no asistieran, se aplicaran multas económicas a los padres o tutores
de los alumnos faltistas (AHMT/ Ramo Educación Pública/ 1938/ Volumen 31/
Expediente 3/ Legajo 1/ Foja 2).
Las medidas tomadas por Mancilla Bauza trataron de ser más
enérgicas en 1939, porque ordenó a los 16 jefes de cuartel existentes en el municipio
de Toluca y a los comisarios de los 25 pueblos que integraban la municipalidad
que el 1 de febrero, en el inicio del año escolar, ejercieran pertinaz
vigilancia a efecto de que todos los niños quedaran inscritos, porque una vez
concluido el plazo marcado para las inscripciones, debían presentar a los
pequeños en la escuela y así cumplir con lo dispuesto en el artículo 86 del
Bando Municipal de Policía y Buen Gobierno (AHMT/ Ramo Educación Pública/ 1939/
Volumen 31/ Expediente 4/ Legajo 1/ Foja 2).
La situación siguió mal para la escuela socialista durante 1940 en
el renglón de las asistencias: en enero de ese año el presidente municipal
Gustavo Durán Vilchis recomendó a los comisarios de los pueblos que volvieran a
vigilar la asistencia escolar ante el inicio del año escolar (AHMT/ Ramo
Educación Pública/ 1939/ Volumen 31/ Expediente 4/ Legajo 1/ Foja 2).
Creación de escuelas particulares
Otra forma de rechazo a la educación socialista por parte de
algunos sectores de la sociedad de Toluca fue la creación de escuelas
particulares, que funcionaban sin autorización del gobierno federal. Este
problema también existió en otras regiones del país: la educación religiosa
clandestina brindada en estas escuelas fue un fenómeno difícil de controlar
para el Estado nacional porque esa instrucción la realizaban padres de familia
en domicilios particulares pues pensaban que así inmunizaban a sus hijos de
ideologías ateas.
Un caso ilustrativo fue el informe que hizo el subsecretario de
Educación de Tlaxcala, Gabriel Lucio al Secretario de Gobernación federal donde
escribió que muchos sacerdotes oficiaban de manera clandestina, sin reglamento
ysostenían centros escolares clandestinos (cursivas
nuestras) (Quintanilla y Vaughan, 1997:206).
La creación de instituciones educativas particulares provocó
problemas a los profesores y autoridades que laboraban en planteles oficiales,
ya sea porque esa competencia no dejaba trabajar apropiadamente a las escuelas
públicas o porque al violentar el artículo Tercero Constitucional con sus
enseñanzas clandestinas y no poder impedirlo las autoridades educativas y
civiles, proyectarían la imagen de incapacidad para la aplicación de la
legislación respectiva.
En Toluca, Luz Canalizo, directora de la escuela rural para niñas
de San Buenaventura, poblado ubicado al poniente de esta ciudad, solicitó en
febrero de 1937 al Secretario de Educación Pública la ayuda necesaria para que
girara al comisario civil de esa localidad la orden estricta de clausura de
escuelas particulares porque operaban sin el permiso del gobierno federal
(AHEM/ Fondo Educación/ Serie Escuelas Particulares/ Toluca/ 1937/ Volumen 8/
Expediente 25). El gobernador Eucario López a través del secretario General de
Gobierno, Carlos Pichardo, ordenó al comisario civil de esa población clausurar
esas escuelas (AHMT/ Ramo Educación Pública/ Volumen 31/ 1937/ Expediente 1/
Legajo 2/ Foja 129) y avisó al presidente
municipal de Toluca para que éste tuviera conocimiento quien reafirmó
rápidamente la orden de clausura al referido comisario (AHMT/ Ramo Educación
Pública/ Volumen 31/ 1937/ Expediente 1/ Legajo 2/ Foja 130).
El gobierno estatal dio prioridad a la clausura de escuelas
particulares incumplidas con las disposiciones oficiales: Juan Avilés,
inspector de distrito escolar de Toluca, escribió al Secretario General de
Gobierno para que éste exigiera a los directores de planteles particulares los
mismos textos usados en las escuelas oficiales, porque aunque el artículo 61 de
la Ley General de Educación les concedía el uso de libros diferentes a los
oficiales con la única condición que éstos fueran laicos, esos directores
permitían en sus escuelas el uso de todo tipo de libros religiosos (AHEM/ Fondo
Educación/ Serie Dirección de Educación/ Toluca/ 1933/ Volumen 319/ Expediente
26).
Las clausuras de planteles educativos particulares fueron una
constante entre 1934 y 1940: en una circular de septiembre de 1936, la
Secretaría de Gobernación federal recomendó a los presidentes municipales que
si existían escuelas particulares en sus jurisdicciones que no cumplieran con
la ley, fueran clausuradas inmediatamente y dieran aviso de ello a la Dirección
de Educación Federal. Según la Secretaría de Gobernación, en la décima zona
escolar, a la cual pertenecía Toluca, existían tres escuelas particulares que
no satisfacían los requisitos oficiales para poder operar: la "Concepción
Peñaloza", ubicada en la calle de Pedro Ascencio 19, cuya directora era
Eulalia Peñaloza; la "Antonio Alzate", ubicada en la calle de Arteaga
s/ n., dirigida por Constanza Medrano; y la "Academia de Ciencias
Administrativas", ubicada en Avenida Libertad 45 y encabezada por Esther
Cano (AHEM/ Fondo Educación/ Serie Dirección de Educación/ Toluca/ 1936/
Volumen 367/ Expediente 2 de septiembre).
A pesar de la advertencia del gobierno federal sobre la irregular
existencia de esos colegios particulares, el gobierno estatal reaccionó
lentamente porque fue hasta 1937 cuando el secretario general de Gobierno,
Carlos Pichardo, avisó a las profesoras Constanza Medrano (AHMT/ Ramo Educación
Pública/ 1937/ Volumen 31/ Expediente 1/ Legajo 5/ Foja 16) y Esther Cano
(AHMT/ Ramo Educación Pública/ 1937/ Volumen 31 /Expediente 1/ Legajo 4/ Foja
7) sobre el cierre de sus respectivas escuelas por no estar autorizado su
funcionamiento por la Dirección de Educación Federal (AHEM/ Fondo Educación/
Serie Escuelas Particulares/ Toluca/ 1937/ Volumen 8/ Expediente 25).
Del cumplimiento de esas disposiciones sólo tenemos constancia del
cierre de la escuela de la profesora Esther Cano, debido a que el presidente
municipal de Toluca, Luis F. Rodríguez, avisó al Secretario General de Gobierno
de la clausura de dicha institución educativa (AHMT/ Ramo Educación Pública/
1937/ Expediente 1/ Volumen 31/ Legajo 4/ Foja 6).
Uso de violencia
A diferencia de la casi ausencia de violencia en Toluca, en el
resto del país la aplicación de dicha enseñanza fue un elemento propiciador de
terror, sobre todo en la región del Bajío, donde surgió la segunda Cristiada o
Movimiento Segundero, también conocido como La Segunda.21La Segunda
tuvo en Jalisco dos momentos cruciales:
[...] de 1934 a 1936 cuando el movimiento se sustentó como
reacción contra la aplicación de la educación socialista [..] La Segunda
michoacana fue una reacción contra los intentos cardenistas para establecer la
educación socialista, así como una afrenta contra los agraristas comunistas que
estaban siendo apoyados por El Tata (sic) Lázaro [...] En Guanajuato el
movimiento segundero se dio a partir de 1935, cuando los ataques contra los
maestros socialista cobraron vidas [...] Los curas de pueblo tomaron su parte
azuzando a los fanáticos católicos que defendieran el alma de sus hijos contra
la educación socialista (Serrano, 1992:100–101).
También en la Sierra Norte de Puebla los cristeros, decepcionados por
los arreglos de 1929 entre las cúpulas federal y católica, canalizaron su
desencanto contra los profesores federales de la instrucción socialista porque
los visualizaban como representantes del poder del Estado:
Entre 1934 y 1939 al menos 17 profesores murieron en el campo
poblano. Los asesinatos no fueron investigados de manera seria; el ejército
informó que los maestros exageraban el peligro. En 1939 aún merodeaba por la
Sierra Norte la banda de Odilón Vega (connotado cristero poblano) [...] Vega atacó
a los maestros y a los agraristas en nombre de Cristo Rey (Quintanilla y
Vaughan, 1997:175–176).
En otro ejemplo de violencia, a principios de 1937 una banda
armada tomó Tlaxco, Tlaxcala, causó destrozos, robó la oficina de Hacienda,
requisó caballos y explicó a los pobladores que todo lo hizo "[...] para
continuar la lucha contra el comunismo y la escuela socialista" (Gilly,
1994:196). David L. Raby hizo un recuento nacional de la violencia ejercida
contra los profesores a propósito de la educación socialista en aquellos
difíciles años:
En septiembre de 1934 en el municipio de la Huacana, Michoacán, el
inspector regional de educación, profesor Carranza, organizó una semana roja
para hacer propaganda a las ideas socialistas; cuando terminó [...] unos grupos
de fanáticos agredieron y dieron muerte a Flavio Gómez, Rubén Cervantes,
Rogelio Arellano y varios maestros cuyos nombres se ignoran [...] en Santa
Rita, municipio de Tacámbaro, la maestra María Salud Morales fue asesinada
alrededor de las cuatro de la tarde del 16 de junio de 1937 [..] a fines de
1936 o principios de 1937, en Los Herreros, municipio de Coalcomán (también en
Michoacán) un grupo de hombres armados balaceó al maestro Eduardo González
[...] Los pistoleros ni siquiera lo conocían y le dispararon simplemente como
representante de la educación pública a la que se oponían por motivos
religiosos [...] en el año transcurrido entre septiembre de 1935 y agosto de
1936, de las 40 escuelas rurales de la región (de Colotlán, Jalisco) 7 fueron
incendiadas [...] (y) en muchas otras escuelas el trabajo docente era
obstaculizado por los padres, que se rehusaban a mandar a sus hijos a la
escuela [...] en marzo de 1936 en Ciudad González, Guanajuato [...] una Misión
Cultural iba a visitar al pueblo para realizar cierto trabajo social y para
difundir los ideales de la educación socialista, pero cuando el cura del lugar
lo supo, hizo arreglos para celebrar una función religiosa que coincidiera con
el momento mismo en que se iba a celebrar en la plaza vecina un mitin público
organizado por los maestros [...] el resultado fue un zafarrancho en el que
murieron varias personas (Raby, 1974:149–150, 154, 155, 160).
En el estado de México la violencia existió: el 1 de septiembre de
1938 el secretario general de Gobierno, Juan Fernández Albarrán, envió una
circular a todos los presidentes municipales para que dictaran las respectivas
órdenes a sus comisarios civiles con el fin de proteger y ofrecer ayudas moral
y material a los profesores, dado que se habían registrado arbitrariedades por
parte de inconformes con el programa educativo que desarrollaba el gobierno
revolucionario, atropellos que incluso habían puesto en peligro la vida de los
maestros (AHEM/ Fondo Educación/ Serie Dirección de Educación/ Toluca/ 1938/ V.
401/ Exp. 1).
En Ozumbilla, municipio de Tecámac, un profesor sufrió varios
atentados porque había organizado a los vaqueros de ese pueblo en un sindicato
y el cacique buscaba deshacerse de él; en Valle de Bravo, un maestro fue
víctima de rebeldes fanáticos, los cuales eran aprovisionados por adinerados
católicos del interior de la entidad mexiquense (Quintanilla y Vaughan,
1997:161). A diferencia de lo vivido en el resto del país y del Estado de
México, el uso de la violencia como repuesta de una parte de la sociedad
toluqueña contra los protagonistas de la enseñanza socialista fue aislado.
Además de los problemas ocurridos en la localidad de Capultitlán en 1937, en
los archivos consultados sólo hallamos que el 12 y 13 de enero de 1936, la
escuela primaria elemental para niños Felipe Sánchez Solís y la elemental para
niñas Leona Vicario así como la Escuela Normal para Profesoras —las tres
ubicadas en la ciudad de Toluca— sufrieron atentados dinamiteros los cuales
únicamente provocaron daños materiales (AHEM/ Fondo Educación/ Serie Dirección
de Educación/ Toluca/ 1936/ Volumen 355/ Expediente 14 de enero).
Conclusiones
1) Existió
en Toluca oposición a la educación socialista, aunque esta obstrucción no fue
homogénea ni participó en ella toda la sociedad. Dicho escollo puede ser
delimitado a las áreas suburbana y rural, principalmente y se evidenció en dos
vertientes: la inasistencia escolar y la creación de planteles particulares.
2) El uso
de la violencia física contra los profesores en el municipio de Toluca, considerados
como representantes de la enseñanza socialista, no fue encontrado en los
archivos consultados, a diferencia de lo ocurrido en entidades como Jalisco,
Aguascalientes y Tlaxcala, entre otras, en esas mismas fechas.
3) Las
actitudes de rechazo, obstrucción, manipulación y presión de varios sacerdotes
a la instrucción socialista en algunos poblados toluqueños, son fiel reflejo de
la actitud del clero católico en el resto de la república mexicana.
4) En el
municipio de Toluca no se llegó a la excomunión de profesores o de los padres
de familia que enviaran a sus hijos a los planteles federales de educación
básica, pero sí existieron anatemas y chantajes sentimentales.
5) La
sociedad toluqueña exageró su visión sobre las acciones de la administración de
Cárdenas: si por un lado las reformas sociales realizadas por la administración
cardenista hacían suponer a la sociedad que el país se orientaba hacia el
socialismo, realmente Cárdenas sentó las bases para un desarrollo capitalista
que beneficiaría ampliamente a las clases medias y altas en el corto y mediano
plazos.
6) En la
gran mayoría de las veces, los presidentes municipales toluqueños de esa época
jamás consintieron o solaparon los obstáculos a la instrucción socialista de
parte de algunos sectores de la sociedad y jamás dudaron en reprimirlas con la
ley en la mano.
7) Ciertas
autoridades de los pueblos que conformaban el municipio de Toluca, como eran
los comisarios civiles, por estar en contacto cercano y diario con la población
que representaban, en muchas ocasiones sí apoyaron los actos oposicionistas a
la educación socialista o por lo menos no los combatieron de forma vehemente,
ya sea por temor o por solidaridad hacia sus vecinos, como en el caso
registrado en San Felipe Tlalmimilolpan.
8) Parte
de la sociedad toluqueña permaneció activa en el impedimento a la enseñanza
socialista; nunca dejaron de manifestar su inconformidad por vías legales e
ilegales por lo que ella consideraba ataques a su apreciada libertad.
9) El
gobierno estatal apoyó la aplicación de la educación socialista en el papel y
en la acción en el municipio de Toluca, principalmente a través de la figura
del Secretario General de Gobierno.
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